Isalem 3 (cábala)

Cristo nace de nuevo

Todos los años, en la noche del 24 al 25 de diciembre, Cristo nace en algún lugar de la tierra. Es en esta noche que la naturaleza espiritual puede más fácilmente penetrar en nosotros y cambiar el curso de nuestra existencia, ya que en el 24-25 de diciembre las fuerzas físicas pasan por su momento más débil y las fuerzas espirituales están en su momento más fuerte: es la noche más larga y el día más corto; una noche que, como en el caos primordial, está llena de luz y de ella nace la luz del mundo.

Lo que acabamos de escribir no es una plática de aniversario, sino algo muy real que es preciso comprender. Los hechos espirituales, no son solamente hechos históricos, que ocurrieron en su día en algún lugar del mundo, sino hechos que se están repitiendo constantemente en al vida ordinaria de cada uno de nosotros. Cristo nació un día en la ciudad de Bethléhem, pero, sigue naciendo todos los años en el corazón de los hombres. Expliquemos este sublime proceso redentor.

Jesucristo está formado por dos entidades muy distintas: Un hombre y un dios se unieron por primera vez. Jesús es el hombre; el niño que nació en la noche del 24 al 25 de diciembre pertenece a la oleada de vida humana y los que pueden investigar en los archivos akásicos ven perfectamente las sucesivas vidas del alma llamada Jesús hasta encarnarse como tal. En cambio no hay trazas, en dichos registros, de las encarnaciones de la entidad llamada Cristo, que sólo ha venido a nuestro mundo una vez. Jesús-hombre vivió hasta los 30 años y fue entonces cuando Cristo tomó posesión de sus cuerpos físico y vital para ejercer su ministerio. ¿Con qué objeto?

Los Evangelios hablan de la misión redentora de Cristo, pero ¿en qué consistía exactamente esa redención? Consistía en lo siguiente: Nuestros estudiantes ya conocen la estructura de los Mundos Superiores y saben que el alma humana, después de desencarnar, pasa por el Mundo de Deseos, asciende al Mundo del Pensamiento y, despojada de todos sus cuerpos, toma contacto con el Ego, confortándose con las inefables realidades espirituales.

Esto es así ahora, pero antes de la venida de Cristo, las almas de los muertos subían al Mundo de Deseos, pero, no habiendo nada en ellas que tuviera afinidad con las sublimes regiones del Mundo del pensamiento, volvían a descender al mundo físico con la misma mentalidad opaca, de manera que la progresión espiritual se hacía muy lentamente. Una espesa barrera de errores impedía el tránsito de los hombres de un Mundo a otro, del de Deseos al Mental. Era preciso que alguien "rasgara el velo" que separaba esos dos mundos y Cristo vino para ello.

Cristo es el representante del segundo aspecto de la Divinidad, que en términos herméticos se llama Sabiduría o Providencia. Su función fue particularmente activa en el segundo Día de la Creación, cuando los que habían alcanzado la fase humana eran los actuales Arcángeles. En ese Día no había materia física en el mundo y los humanos de entonces funcionaban con su cuerpo de Deseos. Por consiguiente, Cristo era un experto en la construcción de un cuerpo de Deseos, pero no en la construcción de un cuerpo físico como los que el hombre utiliza hoy en día. Era preciso pues que encontrara un hombre que se aviniera a prestarle su cuerpo físico con su contrapartida etérica, para que Cristo instalara en él su cuerpo de Deseos, conectado con los cuerpos superiores que Él posee. Este hombre fue Jesús.

Cristo vino al mundo para morir, se lee en los Evangelios ¿Por qué? Nuestros estudiantes ya saben que hay una relación estrecha entre la sangre y el Cuerpo de Deseos, de manera que si una persona muere violentamente, el cuerpo de deseos se desintegra. El objetivo de Cristo era precisamente que no se produjera esa desintegración. No podía darse muerte él mismo, por cuanto hubiera supuesto una violación de las leyes de la Creación, de modo que debían ser los hombres quienes le ajusticiaran o le mataran.

Cuando esa muerte violenta se produjo, al derramarse su sangre, la luz acumulada en su Cuerpo de Deseos se explayó por la tierra "quemando" las escorias que cerraban el paso del Mundo de Deseos al Mundo Mental y por primera vez las almas de los muertos pudieron penetrar en esas altas regiones. A partir de entonces la radiación crística quedó "prisionera" de la Tierra y ejerce en permanencia la obra redentora.

Al referir ese aspecto de la obra divina, son muchos los que dicen: "Si Cristo era un dios, pudo haber realizado esto sin necesidad de venir a este mundo, por el procedimiento del milagro". Los que así piensan están en un error. Dios ha creado las leyes y Él mismo debe ineludiblemente cumplirlas. Lo que llamamos milagro no es más que un efecto de la ley natural que el hombre no comprende aun, pero que un día comprenderá.

Sólo un hombre podía abrir el camino de los cielos a los demás hombres y como nadie entre nosotros era capaz de hacerlo, Cristo decidió llevar a cabo esta misión. Pero necesitaba encontrar a un hombre que fuera capaz de soportar la alta frecuencia vibratoria de su cuerpo de Deseos y Cristo no pudo venir hasta que existió ese hombre, Jesús, el más avanzado de nuestros hermanos humanos, pudo ofrecer al Cristo ese cuerpo físico, gracias a la colaboración de otros espíritus de gran elevación: María y José.

Normalmente, en los trabajos generativos, son los Luciferes quienes, a través de las fuerzas de las regiones inferiores del Mundo del Deseo, ponen en tensión el órgano generativo masculino para que sirva de catapulta al átomo-germen que se encuentra en el líquido seminal. Cuando esto sucede así, se dice que la generación ha sido posible gracias a un pecado de deseo, el pecado original que cada niño hereda de sus padres. Pero José, el padre de Jesús, era un gran iniciado que ya había superado la etapa de los deseos, de modo que no fueron los Luciferes quienes prestaron su apoyo al acto generativo, sino Gabriel, el jefe de los Ángeles lunares, que trabajan con las fuerzas de las regiones superiores del Mundo del Deseo. José permitió que las entidades angélicas manipularan su cuerpo para que el acto de la generación fuera posible y lo mismo sucedió con su esposa María, que no tuvo necesidad de oscurecerse para concebir, puesto que los Ángeles, presentes en el acto, le restituyeron la luz que hubiese perdido de haberse realizado la generación normalmente.

La fuerza crística se encuentra pues a nuestra disposición y en la noche del 24 al 25 de diciembre a todos nos es más fácil descubrirla. Cuando Cristo penetra en nosotros, desaparece de nuestro cuerpo de Deseos toda la materia que corresponde a las regiones inferiores y ya sólo podemos vivir por lo elevado y superior. Tratemos todos de preparar ese nacimiento místico, movilizando para ello las fuerzas de nuestra voluntad, de nuestra mente y de nuestro corazón: son los 3 Reyes Magos que cabalgan en la noche hacia el Redentor.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

.- La confusión extraterrestre

Reina una gran confusión en todo lo relacionado con los extraterrestres. Nos escriben personas que contactan con ellos a través del vaso invertido, sistema "ouija", otros a través de la escritura automática, o se les aparecen es sesiones mediúmnicas, en sueños, durante estados catalépticos, etc. aparte de los que han podido verles en platillos volantes. Debemos precisar que la mayoría de las manifestaciones espirituales o seudo-espirituales de pretendidos extraterrestres son debidas a seres que viven Mundo de Deseos, bien sea espíritus burlones, que son hombres desencarnados o bien otro tipo de entidades que residen en las distintas regiones de ese Mundo y que se manifiestan como extraterrestres por puro afán de notoriedad.

Cuando se empezó a hablar de extraterrestres, se entendía con ese nombre a seres que forman parte de la humanidad de otros planetas. La ciencia esotérica nos enseña que, en efecto, que todos los planetas de nuestro sistema solar están habitados por una categoría de seres que iniciaron su evolución al mismo tiempo que nosotros y que forman parte de la oleada de vida humana. En algunos de esos planetas evoluciona una humanidad más avanzada que la nuestra y por consiguiente es posible que hayan construido aparatos voladores que les permitan visitarnos. Pero cuando se habla de seres que viven en la 4ª, 5ª o 6ª dimensión, significa que son Entidades que no poseen un cuerpo físico y que viven en el Mundo del Deseo, en el Mundo del Pensamiento o en esferas aun más elevadas, bien sea pertenecientes a nuestra Tierra o a otros planetas de nuestro sistema solar. Antiguamente se encarnaron en la Tierra seres procedentes de Venus y de Mercurio, planetas más avanzados, para llevar a cabo una misión específica, pero corrientemente, ni los hombres de otros planetas pueden encarnarse en el nuestro ni nosotros en el de ellos.

- La alternación de sexos en las encarnaciones

Aunque las tendencias de la sociedad actual vayan hacia la confusión de los valores masculinos y femeninos, lo cierto es que hay un trabajo de hombre y un trabajo de mujer muy específicos a realizar. Por ello, los sexos se alternan en las distintas encarnaciones pero un Ego puede vivir varias vidas en su polaridad masculina o en la femenina, según sus necesidades en experiencias, y según si ha aprendido o no la lección que un sexo determinado debía aportarle.

- ¿Por qué nosotros seremos creadores en el 7º Día y los Ángeles, siéndonos superiores seguirán siendo ayudantes?

En el universo evolucionan múltiples clases de seres, pero no todos podrán tener la responsabilidad de un sistema solar porque no pueden existir tantos universos como para dar a todos la posibilidad de mandar. Como ejemplo mundano, para comprender esto, podemos citar el caso de una familia real en la que existan varios hermanos y sólo el mayor hereda el reino. Y cuando este heredero tenga hijos, será uno de ellos el que se ceñirá la corona, mientras que sus tíos, los hermanos de su padre, siendo mayores y más experimentados que él, no serán más que ayudantes. Nosotros, los humanos, somos los auténticos hijos de Dios, por haber nacido el Primer Día de un nuevo periodo de creación.

- ¿Por qué no recordamos vidas pasadas?

La fuerza de Repulsión, activa en las regiones inferiores del Mundo de Deseos, tritura y destruye todas las vivencias perversas de la existencia pasada y ello hace que sea imposible, en la próxima, tener recuerdo de los errores cometidos, y afortunadamente es así, ya que si tuviéramos esa visión, sabiendo que el karma nos exigirá pagar por él, permaneceríamos con los brazos cruzados, persuadidos de la inutilidad de nuestros esfuerzos. Es preciso que en cada vida trabajemos como si nada hubiera ocurrido anteriormente.

En cambio el Bien que hacemos queda inscrito en la Memoria de las Vidas y si no lo recordamos es porque el Cuerpo Mental no está aun maduro y organizado, y nuestra memoria flaquea, no ya respecto a las vidas anteriores, sino respecto a la que estamos viviendo.

De todas formas, si no recordamos las anécdotas, nuestra conciencia ha registrado las experiencias y la "voz de la conciencia" nos advierte siempre sobre aquello que no debemos hacer por habernos valido anteriormente vivencias desagradables.

- Sobre las oraciones en voz alta
Nos escriben comentando la dificultad de rezar en voz alta cuando alguien no está solo en su casa. Es evidente que si no se puede hacer en voz alta, mejor hacerlo en voz baja que no hacerlo. Las vibraciones de la voz contribuyen enormemente a la creación de formas en el Mundo de Deseos, pero el pensamiento y el deseo unidos también son eficaces. La oración en voz alta puede reservarse a las plegarias en grupo.

- Una enseñanza no es válida si no se vive, pero...

Nada vale una enseñanza si no contiene fermentos trasmutadores de la personalidad y de los hábitos, es decir, si la letra no pasa a la sangre y se convierte en gestos, en acción; si no estimula en el estudiante el afán de pureza y de servicio y lo lleva a vivir de acuerdo con las reglas que la enseñanza le va revelando. Pero...

Pero no se puede abandonar de golpe una situación mundana si se tienen responsabilidades sociales y familiares y si nuestra decisión afecta la vida de terceras personas. Debemos vivir nuestros compromisos sociales hasta el final, no zafarnos de ellos como el torero lo hace con el toro, mediante un quiebro, una pirueta. Nuestra situación mundana debe ser superada paso a paso, con parsimonia, pero con firmeza, sin detenernos.

Primero debe ser un pensamiento, después un afán de llevar una vida que nos permita ejercer las virtudes espirituales; y ese pensamiento, ese afán esa sed de luz y de sabiduría van transformando paulatinamente nuestro entorno, de forma armoniosa, sin producir sobresaltos ni quiebras en aquellos que nos rodean, porque en ese fuego interior ellos también se acrisolan y cambian. Sigamos en todo la ley de la armonía: no se puede ir del valle a la cima de la montaña en una sola zancada y si pretendemos imponer a nuestros familiares, de golpe y porrazo, una realidad de la que están aun muy lejos, contraemos con ellos una enorme responsabilidad, porque los desestabilizamos, los arrebatamos de su zona de seguridad y si, en este caso, es para catapultarlos hacia arriba, día vendrá que, mediante la ley del karma, ellos nos precipiten hacia abajo. Vivamos la enseñanza armonizándola con las exigencias de la vida social en la que nos hallamos inmersos.