Apocalipsis, el camino del conocimiento (11, 2ª parte)


12.- Se nos dice en este punto que el testimonio de los dos Testigos no se prolongará más allá del tiempo previsto, o sea, de esos míticos 42 meses o 1.260 días. ¿Qué espacio de tiempo puede significar en términos reales? Hemos dicho que 42 es el número que preside en el momento en que el hombre inicia la curva hacia arriba, después de haber estado involucionando hacia abajo y, por consiguiente, depende de la velocidad de crucero de cada uno el que se llegue más temprano o más tarde a esos 42 años simbólicos...

Viéndolo desde otro punto de vista podríamos decir que 42 representa el tiempo que tarda el 4 en llegar al 2; es decir, el tiempo que tarda Hesed en alcanzar Hochmah o, dicho de otro modo, el tiempo que tardan los Deseos en reinvertir su corriente que los lleva a la conquista del mundo físico para potenciar el Centro del Amor-Sabiduría, ya que Hesed-Júpiter representa el poder ejecutivo y aquello que irriga su corriente, florece con fuerza y vigor.

En este punto del relato apocalíptico nos encontramos con un grupo humano

que hubiese debido alcanzar ese punto 42 de su evolución y que no lo ha alcanzado. En efecto, para pasar del mundo de Binah-Jehová al de Hochmah-Cristo es preciso haber descendido hasta la máxima frontera involutoria y haber iniciado el camino de la evolución que nos conduce de nuevo a la cima de la que hemos bajado, con toda la carga de experiencias vividas en el Camino.

Al no haber conseguido esto por el propio esfuerzo, aparecen los dos Testigos para ayudarlos a cruzar sanos y salvos los dominios del Señor de la Tierra, de manera que en su impulso descendiente no se incrusten en esa Tierra que debe ser sobrevolada tan solo, para alejarse de ella y poner proa al cielo azul. Ya hemos visto que esos 2 Testigos pueden devorar a sus enemigos, achicharrarlos con su Fuego, detener la lluvia, etc. Si todo eso no da resultado, los 2 Testigos tendrán que enfrentarse con la Bestia del Abismo que los matará.

13.- ¿Cuándo sobrevendrá esa lucha de los Testigos con la Bestia? Será la lucha misma la que fijará el tiempo real de duración del testimonio de los enviados. Examinemos de nuevo la situación: Un grupo de seres humanos, de esos "seres" internos formados por nuestras Tendencias, desciende a toda velocidad hacia el Abismo. La divinidad interna, al contemplar la situación, exclama: ¡Se van a matar! Y manda 2 Testigos para que eliminen del interior de esos hombres las fuerzas que los impulsan al Abismo. Si tienen éxito en su empresa, esos seres inician la curva ascendente, lo cual significa que han cruzado exitosamente el borne 42 y se ven propulsados hacia lo alto. En este caso los 2 Testigos ya han cumplido su cometido y abandonan su puesto de trabajo. Si esos Testigos no consiguen enderezar la trayectoria de los hombres en los cuales trabajan, éstos alcanzan el borne 42 y siguen descendiendo. Van hundiéndose en el Abismo, penetran en el dominio de las Bestias, al que no pueden descender los enviados del Ego-Dios. La Bestia se encuentra en su elemento y cuanto más desciende el individuo, mayor es su fuerza. Los Testigos mueren, pero esto es una forma de decir. Las energías creadoras no pueden morir, de modo que esa muerte es como la de Abel, devorado por Caín hasta el día de la resurrección Crística.

La muerte de una Fuerza Creadora significa su neutralización mediante una pared de materia que la recubre durante el tiempo en que las leyes materiales le permiten subsistir. Pasado ese tiempo, la muralla se desmorona y la Fuerza Creadora encerrada en ella reaparece más viva que nunca.

Así diremos que el tiempo real de duración del ministerio de los dos Testigos será el que necesiten los hombres para iniciar la curva ascendente, o el tiempo que tarden en sepultarse en el Abismo. En el primer caso los Testigos seguirán triunfantes; en el segundo, morirán en manos de la Bestia. No se trata pues de fijar ese tiempo de actuación en años, meses o días astronómicos.

14.- Sabiendo que esto sucede así, el hombre espiritualmente despierto ha de detectar en él la presencia de los 2 Testigos y su lucha. Cuando esos Testigos profetizan vestidos de saco, lo hacen dentro de nosotros mismos. Si nos anuncian la ruina de nuestro mundo, tenemos que en enterarnos, porque es algo que sucede en nuestro interior y que la conciencia transmite a todos los reyezuelos que se mueven en nuestros Centros de Poder internos. Si achicharraran y devoran a los enemigos que encuentran, tenemos que enterarnos porque el drama se está desarrollando en nuestra geografía humana y no podemos decir que no nos concierne. El Fuego que sale de la boca a esos 2 Testigos es un fuego que incendia nuestros espacios internos y hemos de apercibirlo como un Ardor, como un Impulso Devorador que nos lleva quemar nuestras cosechas, nuestras plantaciones, aquello que amábamos y venerábamos y que, movidos por ese Ardor Interno, que es un don del Ego, lo destruimos porque ya no lo reconocemos como obra nuestra, sino que es el testimonio de un pasado que los 2 Testigos nos ayudan a liquidar.

Y si nuestras emociones-aguas se vuelven sangrientas, si engendramos con ellas vivencias en los demás; si ellos, los que nos rodean, van cargados de gérmenes de nuestra propia vida y nos vinculamos así a diestro y siniestro a personas que nos convertirán en actores de su "compañía" y nos llamarán para que aparezcamos en el mundo físico, a fin de que ellos puedan vivir sus experiencias con toda plenitud, ¿cómo no lo vamos a notar?

15.- Y luego, si bajamos al Abismo y la Bestia guerrea, vence y mata a los 2 Testigos, ¿cómo no lo hemos de notar? ¿No notamos acaso el amanecer, la plenitud del mediodía y la penumbra del ocaso? Cuando nuestro cielo interno se oscurece, cuando ya no distinguimos el contorno de las cosas y ya no somos capaces de discernir lo que está bien y lo que está mal, lo hemos de notar.

La manifestación de la Bestia -o sea, de las energías degradadas- en nosotros, no puede pasarnos desapercibida, porque su reino lleva consigo las señales de lo ruinoso. ¿Qué pasa cuando nos vamos a vivir a una casa muy antigua? Que constantemente debemos efectuar reparaciones: aparecen fisuras en las paredes, en el techo; las tuberías deben soldarse sin cesar... Cuando debemos realizar esfuerzos sobrehumanos, trabajar horas y más horas para que aguante aquello que estamos haciendo, no cabe duda de que estamos trabajando en el dominio de la Bestia y si no dejamos el asunto para emprender otra cosa, nos pasaremos la vida apuntalando lo que se hunde. Por ello debemos trabajar siempre en aquello que nos resulta fácil de hacer, que nos produce placer al hacerlo y que realizándolo, todo parece más claro y diáfano a nuestro alrededor.

Los cuerpos de los dos Testigos yacerán en las plazas de Sodoma o Egipto, donde el Señor de los Testigos fue crucificado, dice la crónica. Los pueblos, tribus, lenguas, naciones, es decir, todo lo que hay en nosotros de múltiple, fraccionario, divisorio, todo lo que no es Unidad, verá esos cuerpos durante tres días y medio, y se alegrarán de verlos insepultos, intercambiándose regalos porque ya no atormentarán sus conciencias y dejarán que la Bestia se establezca en ellos y reine.

Estos tres días y medio corresponden a los períodos Yod-He-Vav, necesarios para producir cualquier cambio de nuestra forma de ver, de pensar, de sentir. El 4º Día es el día 2º He, dividido a su vez en 4 períodos: el Yod, que va del amanecer a mediodía; el He que va del mediodía al ocaso; el Vav que va del ocaso a la medianoche y el 2º He que va de medianoche al amanecer. De modo es en el periodo Vav de ese 4º Día que se produce el cambio indicado en el siguiente punto del texto apocalíptico.

16.- Aquí se citan Sodoma y Egipto. Se trata, claro está, de ciudadelas psíquicas en las que el Ego es crucificado y donde el Señor de la Tierra reina ufanoso apoyándose en la fuerza de la Bestia.

Sodoma es la ciudadela psíquica que Jehová destruyó por el fuego. Los habitantes de esa ciudad han dado nombre a una práctica, la sodomía. Pero debemos interpretar esa sodomía en términos psicológicos, pudiendo decirse que sodomita es aquel que encuentra placer en la adoración de lo instintivo; el que siente amor por lo que se encuentra en los bajos niveles y el que aborda las tareas humanas al revés de cómo deben ser y, por consiguiente, se descalifica a sí mismo de las tareas creadoras, y sus actos no pueden dar lugar a ninguna creación, ni en el mundo físico, puesto que los hijos no se engendran por el ano, ni en los mundos intelectual o emotivo, ya que todo tiene una correspondencia y cuando hacemos algo aquí abajo, lo establecemos en los mundos de arriba o en las esferas qlifóticas esperando la hora de la destrucción.

Ahora los sodomitas proclaman su orgullo de serlo y citan personajes famosos, atribuyendo su poder creador a su condición de sodomitas. Pero no nos engañemos, si en la literatura y el arte encontramos hombres que se han entregado a la sodomía, es a pesar de su condición que han conseguido crear obras inmortales, no por esa condición misma. La sodomía sólo puede conducir a lo que sucedió en Sodoma, que fue aniquilada por el Fuego celeste.

Sodoma representa pues el estadio psíquico en que hacemos las cosas al revés y nos satisface hacerlas, y por ello cuando vemos que aquellos que nos lo reprochaban en nuestra naturaleza interna yacen muertos, nos alegramos y los contemplamos jubilosos y nos regalamos cosas, es decir, intercambiamos el "surplus" de fuerzas internas perversas para congratularnos; nos pasamos las Bestias los unos a los otros, podríamos decir. De modo que seamos vigilantes cuando recibamos de nuestros amigos perros, gatos o loros, y no aceptemos los regalos si nos ofrecen bestias feroces, por muy enfadados que estén con nuestra negativa.

En cuanto Egipto, es el estadio psíquico del que hay que salir para recibir el Maná del cielo que nos permitirá "hacernos" una conciencia. Egipto representa una etapa evolutoria en la que hacíamos las cosas inconscientemente, guiados por las Fuerzas internas. Al salir de Egipto, el Pueblo Elegido recibió el germen de la mente que le permitiría ejercer un control sobre esas Fuerzas y llamarlas al Trabajo o despedirlas. Volver Egipto significa retornar a la situación psíquica de antaño, con el agravante de que, como esta situación corresponde a una etapa superada, en ella ya no trabajan las Fuerzas de arriba, sino las Bestias.

17.- "Transcurridos los tres días y medio, un espíritu de vida viniendo de Dios entró en ellos y volvieron a ponerse de pie y un gran temor sobrecogió a los que los contemplaban. Y oyeron del cielo una voz que les decía: ¡Subid aquí! Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron. En esta hora hubo un gran temblor de tierra y la décima parte de la ciudad cayó. Siete mil hombres murieron en el terremoto y los demás fueron aterrorizados y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo Ay ha pasado. He aquí que el tercer Ay aparece prontamente. (Apocalipsis XI, 11-14).

Lo que es del cielo tiene que volver al cielo. En las bajas regiones la espiritualidad debe ser recubierta de una costra material para subsistir. Esa costra son las anécdotas, las situaciones, los personajes que los de abajo se sacan de la manga para proporcionarnos las experiencias que no hemos podido interiorizar de otro modo. Si la espiritualidad no recibe sepultura, volverá al lugar del que procede en el tiempo oportuno, o sea, cuando la situación creada por la actuación de la Bestia haya pasado por las fases Yod-He-Vav-He.

Esa salida de los Testigos de nuestra ciudadela psíquica para volver a su residencia habitual produce una conmoción en nuestra Tierra Humana, todo tiembla en nuestra naturaleza, nada es seguro y mientras una parte de nuestros "hombres", aterrorizados, reconocen la potestad del Ego, otra parte muere, se integra a esos 7.000 que representan a los sietes Séfiras inferiores en las 3 fases evolutivas, o sea, que son muchos, un número indeterminado, puesto que no se sabe nunca cuales van a ser los que reaccionarán positivamente o negativamente.

Se hunde aquí la décima parte de la ciudad, la correspondiente a Malkuth, donde campa el Señor de la Tierra.

18.- "El 7º Ángel tocó la trompeta. Y hubo en el cielo voces fuertes que decían: El reino del mundo ha sido entregado a nuestro Señor y a su Cristo, y reinará por los siglos de los siglos. Y los 24 ancianos, que estaban sentados ante el trono de Dios, en sus tronos, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios diciendo: Te damos gracias, Señor Dios todopoderoso, que eres y que eras, por haber utilizado tu gran poder y tomado posesión de tu reino. Las naciones se han irritado, y tu cólera ha venido, y el tiempo ha llegado de juzgar a los muertos, de recompensar tus servidores, los profetas, los santos y los que temían tu nombre, los pequeños y los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra" (Apocalipsis XI, 15-18).

Con el toque de la 7ª trompeta las cosas cambian. La catástrofe ha terminado y el cielo hace oír sus voces en la Tierra Humana. Finalmente son 7.000 los que mueren al término de los ¡Ayes! y de las convulsiones, lo cual tampoco nos da una cifra exacta que muchos desearían conocer. Son muertos que proceden de los 7 Séfiras, que siguen generando Desperdicios de energías procedentes de una u otra de las 7 Fuentes, cuando ya no hay espacio para esos Desperdicios que deben así serles reintroducidos, produciendo en ellos un estado pletórico, una positivización que no pueden soportar, y mueren. Ya hemos visto que esos muertos, al renacer serán incorporados de nuevo al proceso de la vida, pero ya en condiciones inferiores, formando parte de un grupo de Retardados.

19.- El trasvase de mundo a otro ha terminado y así lo proclaman las voces fuertes que salen del cielo. El reino del mundo ha sido entregado a Cristo y los de Jehová-Binah se han retirado. Los 24 ancianos que, como vimos, representa la doble polaridad de los poderes zodiacales incorporados en nosotros, se postran ante el nuevo Rey y lo adoran, lo cual significa que las 12 dobles Fuentes de energía constituidas por nuestro Yo eterno están al servicio de Cristo como antes lo estaban al de Jehová.

Al hablar del número 42 decíamos que el 4 (Hesed) va al 2 (Hochmah) y que mediante esa operación el Poder se entrega a la espiritualidad. En el número 24 las cosas suceden al revés y es la Espiritualidad (Cristo-Hochmah), la que adquiere el Poder (Hesed-Júpiter). Podemos decir pues que al terminar los Testigos su ministerio de 42 meses y producirse en el Hombre la subida del 4 al 2, hace que de lo Alto de nuestro cielo, el 2 baje al 4 y Cristo-Hochmah conquiste el poder absoluto.

20.- Cristo reinará por los siglos de los siglos, dice la voz del cielo. ¿Cómo debemos entender esto? Ya hemos visto que la divinidad se presenta bajo una triple fase, bajo tres aspectos, conocidos cabalísticamente como Kether-Hochmah-Binah, que corresponden, en la terminología cristiana, a Padre-Hijo-Espíritu Santo. El último de esos aspectos, el de Binah-Jehová-Espíritu Santo, es el primero de nuestros instructores, el que se aposenta en nuestro Ego y a través de sus ministros, plenipotenciarios y demás jerarquías a sus órdenes, dirige el proceso de nuestra evolución.

Una vez cumplidas sus tareas, pasa los poderes al segundo aspecto de la divinidad, representado por Hochmah-Hijo-Cristo. Este segundo aspecto se identifica totalmente al primero, y Jesús nos lo explicó con todo lujo de detalles. Si Kether, que es el potencial que permite a todo lo creado subsistir, se expresa a través de Hochmah, es evidente que el reino de Hochmah sólo terminará cuando el actual período de manifestación toque a su fin.

Mientras Binah ha gobernado nuestro mundo humano Kether y Hochmah han permanecido ocultos en él, y así hemos visto cómo Jesús tuvo que ocultarse desde que nació y, a lo largo de su ministerio, después de aparecer en público, se ocultaba de las iras de sus perseguidores. En el reino de Hochmah-Cristo será Binah quien se oculte, con todas sus leyes y reglamentos, que estarán presentes, pero ocultos, lo mismo que Kether lo estará. Kether se expresa a través de Hochmah, decíamos, y esto sólo significa que Hochmah es el Centro de Vida que mejor traduce las intenciones de Kether y que a través de Hochmah podemos penetrar en esas Intenciones, podemos conocerlas. Pero un día entraremos en el corazón de esas Intenciones Creadoras y seremos nosotros mismos Kether. Y, como Él, nos manifestaremos como si fuéramos Hochmah, de modo que bien puede decirse que el reino de Hochmah es eterno, salvo las intermitencias propias de los períodos de Recapitulación.

En efecto, el Dominio de los 7 Días de la Creación corresponde: El 1º Kether; el 2º a Hochmah; el 3º a Binah; el 4º a Hesed; el 5º a Binah; el 6º a Hochmah, y el 7º a Kether. Lo mismo ocurre con las 7 Rondas existentes en cada uno de esos Días.

Esto significa que en la 5ª Ronda de ese 4º Día Binah volverá a manifestarse con fuerza y que la lucha entre los dos universos, el de Binah y el de Hochmah, proseguirá. Esta lucha nos es descrita por el Apocalipsis a partir del capítulo 12. En el 5º Día el enfrentamiento aparecerá aún. Pero estando ya nuestra conciencia anclada en Hochmah, habiendo penetrado este Séfira en nuestro Ego, se tratará de Recapitular etapas pasadas, realizando un examen de nuestros conocimientos, perfeccionándolos. No es lo mismo vivir la dinámica de Binah desde la conciencia de Hochmah que vivirla antes de que penetrara en nuestra conciencia el 2º Aspecto de la divinidad. Será pues en el reino de Cristo-Hochmah que sucederán estas cosas, ya que toda la organización cósmica se replegará en él.


21.- Las naciones se han irritado y tu cólera ha venido, dicen los ancianos. Las naciones representan lo diverso, lo inconciliable que todos llevamos dentro; lo que lucha contra aquello que otra parte de nosotros mismos desea obtener, destruyéndose así mutuamente los propósitos internos y sepultándonos en la incoherencia. Cuando las naciones operan en nuestra naturaleza y una le dice a la otra: Yo soy más que tú, yo soy más grande y te puedo destruir; o: yo soy más hermosa y mi lengua es mejor y más respetable que la tuya, etc., etc. Cuando esto ocurre, estamos penetrando en el dominio de la Cólera Divina que se manifiesta por la columna de la izquierda, formada, como ya sabemos, por las energías desperdiciadas, convertidas en Bestias, en plaga asoladora, que destruye todas nuestras cosechas humanas.

Se salva de esta Cólera lo que hay en nosotros que no responde a esa dinámica, lo que es ajeno por completo a ella. Así vemos, en la vida social, como ciertas personas se salvan inexplicablemente de un incendio que lo ha destruido todo, o de un accidente de aviación en el que todos los demás pasajeros han muerto. Cuando las naciones se irritan, la subida de la cólera divina hace que el Mal se destruya y que el Bien se salve. Entonces los servidores internos del Bien encuentran su recompensa y los muertos, los que dentro de nosotros no podían manifestarse en medio de aquella subversión de valores, son juzgados; es decir, se sentencia el cumplimiento, la exteriorización en el plano de la realidad, del potencial que representan.

La 7ª trompeta tiene una relación con Yesod, el 7º de los Séfiras contado desde Binah y, por consiguiente, el Mal se exterioriza y la Cólera Divina lo destroza, y el Bien también se exterioriza y recibe su recompensa. El Lamed actúa en marcha atrás, y por su puente lo material pasa a otro estado y el Mundo Físico desaparece.


22.- "Y el templo de Dios fue abierto en el cielo y el arca de su alianza apareció en su templo. Y hubo relámpagos y voces y truenos, un temblor de tierra y un fuerte granizo". (Apocalipsis XI, 19).

El Arca de la Alianza apareció por primera vez en el desierto cuando el ser humano recibió el Cuerpo del Pensamiento. Esa Arca contenía los símbolos indicadores del Camino; en ella se encontraban expresadas en términos de medidas, ropajes, objetos, las leyes eternas que el hombre debía interiorizar. Esta nueva arca que aparece en el Templo de Dios en el cielo no es la misma. Esta es la de Cristo y no contiene Reglas o sus símbolos, sino Amor-Sabiduría.

La conmoción que produce indica que no todas las naturalezas están preparadas para integrarse a esa Arca en la hora final y mientras para unos representa el relámpago que les permite ver en su noche, para otros es una amenaza, una tempestuosa realidad de la que deben guarecerse.

Kabaleb Apocalipsis