Apocalipsis, el camino del conocimiento (10, 1ª parte)


1.- "Vi a otro ángel poderoso que descendía del cielo envuelto en una nube; encima de su cabeza había el arco Iris, y su rostro era como el sol y sus pies como columnas de fuego. Tenía en su mano un pequeño libro abierto. Posó su pie derecho sobre el mar y su pie izquierdo sobre la tierra, y gritó con voz fuerte, como el rugido de un león. Cuando gritó los 7 truenos hicieron oír su voz. Y cuando los 7 truenos hicieron oír sus voces, iba a escribir y oí una voz del cielo que decía: Sella lo que han dicho los 7 truenos y no lo escribas. Y el ángel que veía erguido sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano derecha hacia el cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que ha creado el cielo y las cosas que están en él, la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que en él están, que no habría más tiempo y que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando sonara su trompeta, el misterio de Dios se cumpliría tal como lo anunciara a sus servidores los profetas" (Apocalipsis X, 1-8)...

2.- Hemos visto hasta aquí como el viejo mundo se va retirando y matando, o destruyendo, todo aquello que de él dependía. Notemos que esa muerte supone una incorporación de los valores del viejo mundo al nuevo universo que Jesús dio a conocer con el nombre del Reino.

Binah y sus Séfiras de la izquierda, ponen su ciencia, su saber, sus leyes, sus libros, en los Séfiras de la derecha, donde esa ciencia

, es ley, es escritura, ya no estarán tal como ahora las conocemos, sino que estarán difusas, invisibles; serán una dinámica, un proceso natural que no se notará, que estará interiorizado en los procesos vitales, y precisamente por formar parte intrínseca de la naturaleza, a nadie se le ocurrirá decir: Veamos lo que dice la Ley, leamos los reglamentos, estudiemos cómo se interpreta esto. No será preciso recurrir a la lectura, ni al estudio, ni a la repetición de los conceptos para hacerlos entrar en la cabeza. Binah estará disuelto en Hochmah dando consistencia, cuerpo al Amor.

3.- Así será el proceso cósmico, y así ha de realizarse en nosotros, de modo que esas muertes y destrucciones que el Apocalipsis anuncia, no son más que el proceso natural de incorporación de un mundo a otro, tan natural como el proceso de la semilla que muere como tal para que en la tierra pueda nacer la planta de la que la semilla es mero potencial.

En la medida en que esas muertes tengan lugar en nuestra naturaleza, todo irá bien, pero el hombre que no consigue incorporar los valores de Binah en Hochmah, a ese hombre le faltará algo en su nuevo estado, y se encontrará allí como un mutilado, como un ciudadano de segunda fila.

4.- Ahora son las propiedades de la columna de la derecha las que se encuentran disueltas en las estructuras materiales de la columna de la izquierda, pero no de la misma manera en que lo estarán las de Binah en Hochmah, y ello por una cuestión de madurez. Es decir, Hochmah está verde en nosotros, es una planta que dará sus frutos en el porvenir. Hablamos del Amor de Hochmah como una referencia, de una manera literaria, teórica, pero el amor humano, tal como lo practicamos, está muy lejos de ser ese Amor-Sabiduría que Hochmah personifica, capaz de devorar al enemigo y disolverlo en la propia esencia, como el salvaje se incorpora la esencia del sabio, comiéndoselo en singular banquete arcaico del Amor. La antropofagia, a la que ya nos hemos referido alguna vez, es un acto de amor que no ha encontrado su camino adecuado y que es un gesto sustitutorio de ese Amor de Hochmah que no hemos sabido descubrir porque nuestro Hochmah interno está aún verde y, por consiguiente, al disolverse en Binah, lo hace a veces de una forma tan terrible como la practicada por esos salvajes que se comen al explorador para incorporar en ellos sus virtudes.

Por el contrario, cuando Binah se disuelve en Hochmah, habrá alcanzado su plena madurez en nosotros y esa muerte exigida de sus cualidades, es la muerte de lo viejo, de lo que ha dado de sí todo lo que podía dar, de manera que la muerte es lo mejor que podía ocurrir a ese Algo que, para seguir evolucionando, debe pasar a otro estado, a otra forma. Por ello la disolución de Binah en Hochmah puede ser comparada esa fruta madura a la que el árbol ha dado su savia, su lluvia, su sol; mientras que la interiorización de Hochmah en Binah es como si el futuro entrara en el presente para perturbar su curso.

5.- Hemos visto que son 7 los Séfiras que han elaborado nuestro mundo material, cuya parte visible son los planetas de nuestro sistema, excluidos Neptuno y Plutón que, como se ha dicho en las lecciones de Astrología, forman parte de otro sistema solar. Vemos así que el Apocalipsis empieza con 7 cartas dirigidas a las 7 iglesias; luego aparecen los 7 sellos y tras ellos los 7 Ángeles con sus trompetas, correspondiendo todos ellos a los 7 Centros de Vida que están en cada uno de nosotros, de manera que el mundo antiguo se muere por capítulos, como en una novela por entregas. Se van los vientos, caen las estrellas, se abre el pozo del abismo, vienen las plagas, y sólo cuando el Séptimo Ángel aparece puede decirse que Binah ha terminado su actuación. Bien claramente lo vemos en esta secuencia, donde el ángel con un pie en el mar y otro en la tierra firme, o sea, apoyándose en las Emociones y en el Cuerpo Físico, dice Señores, esto se ha terminado. La Historia termina y no es necesario que nadie la consigne por escrito, ya que de nada va a servir un escrito sobre algo que ya no tiene vigencia, que es pura reliquia, y ni siquiera eso, ya que los libros de Historia o las biografías nos sirven para aprender lecciones que aún son vigentes. Del orgullo de Napoleón podemos aprender el dominio de nuestro propio orgullo; pero en ese universo nuevo que es el Reino, el relato de los sucesos del antiguo mundo sólo puede inducirnos en error, y de nada le servirá, por ejemplo, a un náufrago, tener en su balsa un libro de recetas de cocina escrito por un chef francés.

6.- El Ángel que anuncia el fin cubre con su cuerpo todo el universo, indicando que no quedan ya zonas, en nuestra tierra humana, en las que no se exprese. Viene del cielo, su vestido es de nubes, esas nubes que los Vientos transportan sobre la tierra, desde el mar, para que el Agua-Fuego que contienen pueda fecundar la Tierra.

Encima de su cabeza está el Arco Iris, indicando con ello que tiene poderes sobre las fuerzas del Abismo, puesto que el Arco Iris es la luz que procede de las sombras, que aparece en las sombras, para llevar el hombre a la comprensión de los procesos creativos de arriba. Tiene el rostro del Sol, ese Sol que es el rostro visible de Kether; visible gracias a los servicios de Binah, que convierte en forma material lo que es emanación sin rostro alguno. Sus pies son como columnas de Fuego, testimonio de ese Fuego invisible de Kether, que Binah hace visible y reconocible gracias al Viento, que origina la Llama.

7.- El Ángel aparece con un pequeño libro abierto. Pequeño porque la historia de Binah cabe en un pequeño libro si lo comparamos con la historia de todo el universo. Es una pequeña parte de ese gran continente espiritual que constituye el Todo.

Los Ángeles de Binah están especializados en la escritura de la Historia y en cada grupo de Trabajo figuran los llamados Escribanos, que escriben en el Éter Reflector todo aquello de lo cual son testigos. Ellos trabajan con las energías de Mercurio-Hod y dejan testimonio de lo que ocurre en las casas, en los paisajes, en el mar y en el aire. Es la suya una escritura viva, hecha de imágenes reales y el hombre primitivo, que vivía más cerca de las realidades espirituales, y era más sensible a su influencia, inspirado por ellos, "inventó" la escritura jeroglífica, en la que aparecían las imágenes mezcladas con signos simbólicos. Pero nuestros jeroglíficos están muy lejos de esa escritura angélica cuyos signos producen en el que los ve la exacta visión de lo que ocurrió en el lugar en que esa escritura fue consignada. Por ello ciertos videntes, al entrar en casas en las que se cometieron atrocidades, "ven" lo que sucedió, porque la escritura etérica penetra en ellos y su Mercurio interno convierte los signos en imágenes vivas.

Esa escritura que podríamos llamar Negra o Policíaca, se borra con el tiempo, porque los crímenes y las atrocidades, perteneciendo a la dinámica de los mundos inferiores, activa la fuerza de Repulsión que la destroza, y por ello en las casas y paisajes en que han ocurrido crímenes, el vidente capta imágenes deshilvanadas, descosidas, huellas tan sólo de algo que la fuerza de Repulsión ha corroído.

En cambio, cuando los Escribanos rinden testimonio de historias dignas, su Escritura es consignada en los Registros Akásicos del Mundo del Pensamiento, y allí quedará hasta el final del actual Día de Manifestación, o sea, hasta el final del 7º Día. Cuando Jehová-Binah haya terminado su Trabajo en la Oleada de Vida Humana, el historial de su Obra figurará escrito en esos Registros Akásicos, en los que los hombres podemos instruirnos para cuando nosotros tengamos que hacer, para con los que nos siguen, lo que Binah hizo por nosotros. Tendremos la documentación viva de las distintas fases de su actuación, y aunque nuestro universo, cuando seamos dioses creadores, será más perfecto que el actual, la Obra de Jehová-Binah puede servirnos para no caer en ciertos errores.

Nuestros novelistas son un pálido reflejo de esos Escribanos de Binah. Ahora el cine, la televisión, el vídeo, nos acercan a esa escritura etérica que ha de ser la que cultivemos en el futuro. Cuando Mercurio viva totalmente en nuestra naturaleza interna, con toda la gama de sus posibilidades, los signos de la escritura evocarán en nosotros imágenes vivas, y este cine que hoy contemplamos en una pantalla, se desarrollará en nuestro interior, de forma que cuando un estudiante lea una batalla de Napoleón verá los jinetes cabalgando en él mismo y experimentará todas las emociones que esos hombres que morían y mataban experimentaron.

8.- El Ángel de la visión de Juan lanza un grito como el rugido de un león, y a ese grito responden los siete truenos.

Esos 7 truenos representan el último estertor, la última conmoción de las esferas qlifóticas de los 7 Centros de Vida que todos llevamos dentro. Hemos visto como de esos bajos fondos salían las Langostas, los Caballos, el Humo, el tropel de animales que eran como varias cosas a la vez. Ahora ese rugido de León que viene de arriba, produce la estampida de las larvas que aún quedaban en los repliegues del mundo de abajo. Esto provoca en nuestra naturaleza una conmoción semejante al trueno y nos vacía, como en un vómito, de todo lo que se alojaba en nuestra naturaleza inferior.

Si el cronista relatara lo que dijeron los 7 truenos, o sea, lo que produjeron en el Hombre, a buen seguro que tendríamos un amplio cuadro de desolación y de muerte, pero el Ángel le dice que no vale la pena de consignarlo, puesto que se trata del estertor final, que pone un punto definitivo al Tiempo, y lo que suceda en cada naturaleza humana en la tempestad de los 7 truenos es demasiado particular para que pueda generalizarse en un relato. Al vaciarse el mundo interior perverso, al caer sobre nosotros nuestro particular infierno, ocurrirá lo que tenga que ocurrir según la idiosincrasia de las bestias que aún alojemos, las cuales se comerán nuestras cosechas sin que ningún rey, ninguna jerarquía del mundo inferior ponga coto a sus desmanes. Esos Truenos se comportarán como esas bandas incontroladas que aparecen en tiempo de guerra y que entran a saco en las ciudades sin respetar ley alguna. Procuremos pues alcanzar la otra orilla antes de que los 7 Truenos retumben en nuestras vidas.

9.- La voz del Ángel era como el rugido de un león, dice el cronista y en esas palabras se esconde un misterio en el que debemos penetrar.

El signo de Leo es el que abre las puertas de la Creación. Fue con ese signo que Kether-Padre formó la Fuerza que conocemos con el nombre de Beith, letra con la que Moisés, inspirado por Jehová inició el Génesis con su Bereschit. Los cabalistas referirían después de qué manera se produjo esa elección. (Al final de este capítulo figura este relato traducido del Zohar).

El Beith es la primera Casa de Dios, el primer receptáculo que permite a la divinidad interiorizarse, y si la Obra Divina comienza con el Beith, fuerza generada por los Zodiacales residentes en Leo, nuestra obra humana -cualquiera de nuestras obras grandes o pequeñas- debe empezar también con el Beith. Ya hemos dicho muchas veces que la historia de Dios es nuestra historia y que lo que a Él le ocurrió es lo que nos sucede a nosotros. Así resulta que al iniciar algo: un negocio, una relación, una obra cualquiera, también las letras-fuerza se nos presentan en orden inverso, diciéndonos cada una de ellas: "¿Mi rey, porque no comienzas conmigo lo que vas a emprender?". Y diciéndolo nos hacen ver las maravillas que podríamos obtener si comenzáramos aquello utilizando el impulso inicial de su fuerza.

Nosotros no poseemos aún la sabiduría de nuestro Dios y cedemos a menudo al sortilegio de las letras-fuerza, sin saber que aquellas letras participan en palabras -que son conglomerados de fuerzas- que han de conducir la obra emprendida a su destrucción o a su corrupción. No tenemos ni valor ni sabiduría para rechazar la propuesta de las letras y es muy raro encontrar un hombre que se haya negado 20 veces a comenzar algo con las 20 letras-fuerza que se le van presentando, empezando por la última, y espere a recibir, como Dios, la propuesta del Beith.

10.- El Beith ha sido generado con las fuerzas de Leo, decíamos. En otra parte de la Enseñanza ya vimos que Leo rige las dos horas intermedias que van entre el amanecer y el mediodía. Para saber su tiempo de regencia exacto, dividiremos el tiempo que va del amanecer al mediodía por 3, la primera regencia corresponderá a la regencia del Aleph-Aries; la segunda a la regencia de Beith-Leo, y la tercera a la regencia de Ghimel-Sagitario. Si queremos comenzar algo en la hora Beith ya sabemos pues cuando hacerlo. En el ciclo anual, la Hora-Beith es el período en el que el Sol transita por el signo de Leo, del 23 de julio al 23 de agosto.

Pero advirtámoslo para que nadie se engañe: la hora Beith no es la indicada para hacer un buen negocio, para conseguir un ligue con placer a tope, sino la hora de la Creación; la hora en que levantar algo que ha de reportarnos experiencias en todos los niveles, como se los ha reportado a Dios su Creación si no podemos empezar las cosas a la hora Beith en el ciclo diario, mensual o anual -la hora Beith mensual es cuando la Luna transita por Leo- podemos producir el tiempo Beith en nuestra naturaleza interna, elevándonos psíquicamente hacia lo que representa esa Fuerza, reteniéndola en nuestra mente.

No olvidemos que antes del Beith está el Aleph, es decir, antes de que nuestra divinidad interna pueda crear, tiene que haber un Creador, o sea, una Voluntad dispuesta a realizar la Obra; una Voluntad que la ha concebido, y éste es el Trabajo del Aleph, concebir el Designio que ha de estructurarse a partir del Beith. El Aleph es el Rey de nuestro Universo y de su fuerza se llenan todos los Vacíos en los diversos estadios de nuestra organización interna.

Volviendo al principio de nuestro comentario, cuando el cronista dice que la voz del Ángel era como el rugido de un león, quiere significar que se expresó con la fuerza-Beith. Con el Beith comenzó Dios su obra, por el "lado" de Jehová Binah, y con el Beith termina ese capítulo. El cielo se cierra y cae el telón.

11.- El Ángel jura, como es habitual en las gentes de Jehová, que el Tiempo se ha terminado, y que en cuanto el Ángel de la Séptima Trompeta la haga sonar, el misterio de Dios se cumplirá, tal como los profetas lo habían anunciado.

¿Qué es el misterio? En términos generales podemos decir que misterio es lo que se escapa a nuestra comprensión porque nos faltan cabos por atar; conocemos parte de la historia, pero ignoramos la otra parte. Tenemos un cadáver, pero no al criminal. Conocemos el mundo de Binah, hemos penetrado en sus leyes; su ciencia nos ha permitido utilizar las fuerzas naturales. Pero el mundo de Hochmah aparece ante nosotros envuelto en el misterio, tanto más profundo en cuanto que ese mundo es la antítesis del otro y no su continuación lógica. Los mandos deben invertirse, como tantas veces hemos dicho, al entrar en el universo de Hochmah, y por ello, cuanto más experto se es en las ciencias y en las leyes de Binah, menos se percibe misterio del otro universo.

Sin embargo, no podemos decir que no hayamos sido advertidos. El primer lugar, en nuestra organización interna ya están trabajando -han trabajado desde siempre- las entidades que nos instruyen acerca de lo que en términos globales llamamos Misterio. En segundo lugar, apareció Cristo en el mundo exterior, para que los Escribanos pudieran escribir su Historia en el Éter Reflector, y para que los que "ven" pudieran captar de su vida y de su Enseñanza las más diversas imágenes.

En efecto, hemos dicho que el Mercurio interno traduce los signos fijados en el Éter Reflector. Pero esa traducción se hace según la calidad de ese Mercurio; o sea, según el desarrollo del Mercurio en el interior de la persona que "traduce". Tenemos así que muchas versiones de la vida de Cristo, y muchos son aún los que dicen que Cristo se les aparece para dictarles su vida. Se les aparece en el Éter Reflector y les dice lo que ellos pueden entender de su vida según la calidad de su Mercurio interno.

Termina pues el mundo de los libros y empieza el Misterio que los profetas anunciaron, los históricos, pero también y sobre todo, los profetas que llevamos dentro y que actúan a través de la intuición, que nos conduce más allá de las certidumbres, más allá de lo establecido por las leyes, por las ciencias, disipando ese Misterio y permitiéndonos entrar en él con luz de día.
Kabaleb Apocalipsis