Apocalipsis, el camino del conocimiento (8, 2ª parte)

12.- "Tocó el primero la trompeta y hubo granizo y fuego mezclado con sangre, que fue arrojado sobre la tierra; y quedó abrasada la tercera parte de la tierra y la tercera parte de los árboles, y toda hierba verde quedó abrasada". (Apocalipsis VIII, 7).

Decíamos en el punto 22 del capítulo 7, que el elemento estelar de la Nueva Era será el Fósforo, que es una combinación de Fuego y Agua, en el que se manifestará la Unidad Padre-Hijo. En el toque de esta primera trompeta encontramos precisamente esa mezcla de Fuego y Agua, el agua convertida en un elemento sólido, el granizo. Fuego y Agua, mezclados con sangre, pondrán fin a la tercera parte de la Tierra...

Al comienzo del capítulo anterior vimos como aparecían cuatro ángeles dispuestos a detener los Vientos y en el capítulo 6 vimos como al abrir el cuarto sello apareció un caballo con un jinete al que le fue dado poder para exterminar la 4ª parte de la tierra. Dijimos entonces que esa 4ª parte era la constituida por el elemento Tierra. Quedaban entonces tres elementos, cuando los ángeles iban a eliminar

uno de ellos, pero otro ángel subió por el lado del Sol Naciente para impedir que lo hicieran hasta que los servidores de su Dios fueran marcados. He aquí que ya lo han sido y nadie impide ahora que ese 3er elemento, el Viento, desaparezca.

El aire se irá y con él la 3ª parte de la tierra, y se instalará en el mundo el Fuego-Agua mezclado con sangre. Ya sabemos que la sangre es el vehículo del Cuerpo de Deseos y que en ella se encuentra el registro de todas nuestras vivencias emotivas. La sangre aparece como un líquido cuando se exterioriza del cuerpo, cuando entra en contacto con los Vientos. Pero mientras permanece en nuestro interior la sangre es como un vapor, como esas nubes, vaporosas en el cielo hasta que las corrientes de viento frío o caliente las deshacen y las convierten en agua. Esa sangre que se derramará del cielo con el primer toque de trompetas será pues el Mundo de Deseos que cae sobre el Mundo Etérico y lo destruye.

13.- Hay en estas secuencias que comentamos un misterio que es preciso aclarar. Vemos que ese 8º capítulo se abre con un silencio como de media hora. Ya hemos comentado como podía entenderse esto en términos de tiempo profano. Pero ese silencio expresa otro orden de cosas.

Hemos visto que la 5ª Ronda de este 4º Día se desarrollará en el Mundo Etérico, ya sabemos que en el 5º Día de la Creación el más inferior de nuestros cuerpos será el Etérico. Es en ese Mundo Etérico que los Vientos-Pensamiento de Jehová-Binah campan a sus anchas, conectando los mundos de arriba con el de abajo. Esos Vientos son una manifestación del Fuego Primordial de Kether, que se expresa como Viento-Pensamiento por su brazo izquierdo, el de Binah y como Agua-Amor por su brazo derecho, el de Hochmah. En el elemento Aire operan los Ángeles de Jehová, que se retiran, como hemos visto, cuando su jefe pone fin a su actuación. El Mundo Etérico es una parte del Mundo Físico, no es una esfera completa, con sus 7 Regiones, sino que lo constituyen 4 Regiones solamente. Por consiguiente, esa 5ª Ronda que viviremos en ese Mundo no puede tener la misma duración que las demás, porque ahora ya estamos viviendo en el Mundo Etérico, dado que los Éteres forman parte de nuestro mundo material.

Al morir, el Cuerpo Etérico se desagrega rápidamente y esto ocurrirá también con ese mini Mundo Etérico. Tendremos así que ese silencio como de media hora, a nivel cósmico, es el intervalo que va de la existencia en el Mundo Físico a la existencia en el Mundo de Deseos, o sea, de la 4ª a la 6ª Ronda. También en el 5º Día el tiempo que pasaremos en el Mundo Etérico será como de media hora, comparado con el resto, dado que sólo estaremos en la esfera etérica en la 4ª Ronda de ese Día 5º. Mientras la humanidad viva en el Mundo Etérico, los Vientos seguirán soplando y su mandato será prorrogado para que quienes sólo pueden aprender a través del Pensamiento tengan un plazo suplementario para pasar a la otra orilla, a ese fascinante mundo de la 6ª Ronda.

14.- Repitamos otra vez, antes de proseguir, que si todo ese proceso puede interpretarse en términos sociales y decir que habrá un grupo de marcados, otro grupo de salvados de la tribulación y un grupo de condenados, lo que Juan contempló sobre todo es nuestra historia interna, la historia de nuestros pueblos internos, formados por millones de átomos generadores de impulsos. Ese proceso apocalíptico lo estamos viviendo a partir del momento en que uno de nuestros impulsos anímicos se pone en marcha y descubre que hay otro continente. Ese impulso trata de convencer a otros de que en ese continente se vive mejor y empieza la diáspora del Pueblo Elegido, y así mientras unos se van otros se quedan. (Esto es lo que sucede, por ejemplo, cuando iniciamos un cambio de hábitos alimentarios o cuando iniciamos un camino iniciático). Los que son aceptados como ciudadanos de ese nuevo universo ejercen una influencia sobre muchos otros, que también cambian de campo. Pero en nuestra personalidad siempre quedan judíos que no se dejan convencer, a los que hay que arrojar paletadas de Fuego, a los que hay que cortarles el Viento y arrojarles después fuego, granizo y sangre para acallar definitivamente sus voces divisorias.

En ese nuevo universo de la 6ª Ronda y del 5º Día, mientras unos se encontrarán en él enteros otros ascenderán mutilados porque habrán situado en esa esfera una parte de su personalidad, mientras que la otra habrá sucumbido en la catástrofe y, por lo tanto, no podrá gozar de la integralidad de su potencial. Es por ello que será un ciudadano de segunda, no porque alguna ley lo penalice y le impida ejercer plenamente sus derechos, del mismo modo que en nuestro mundo un manco no será jamás un buen tirador de escopeta, no porque las leyes le prohíban apuntar recto, sino porque carecerá de dos manos para equilibrar el tiro.

15.- El segundo ángel tocó la trompeta y fue arrojada en el mar como una gran montaña ardiendo en llamas y convirtiéndose en sangre la tercera parte del mar, muriendo la tercera parte de las criaturas que hay en el mar de las que tienen vida, y la tercera parte de las naves fue destruida. (Apocalipsis VIII, 8-9).

Al toque de esa segunda trompeta nuestro mar interior se ve afectado en una tercera parte, la relacionada con el elemento Aire, que desaparece. En nuestra condición actual, todos los elementos se interpenetran y el Aire está en el Agua, como lo prueba la fórmula química del agua, en la que el oxígeno y el hidrógeno se combinan. A niveles psicológicos, la penetración del Aire en el Agua hace que nuestras emociones contengan elementos de Lógica que las hace Razonables. La presencia de la Razón en las Emociones actúa como un arma de doble filo, ya que si por un lado puede acercar nuestra naturaleza emotiva al Fuego Primordial y facilitar esa mítica unión del Agua con el Fuego, por otro lado, puede justificar estados pasionales y hacerlos dignos y hasta respetables, conservando así la vida a algo que, abandonado a su propia dinámica, no tardaría en morir.

Al retirarse el Aire en nuestra naturaleza emotiva y al unirse el Agua indisolublemente al Fuego Primordial, como ya hicimos notar, su aspecto cambia, su fórmula actual desaparece, el oxígeno que la compone se va y el Fuego del Cielo se une a esa nueva Agua dando la impresión de que una tromba de fuego caída del cielo se expande por el mar. Las aguas dejan de tener el color azulado que reciben de Hesed-Júpiter que, como sabemos, es el Yod del Mundo Cabalístico de Creaciones, el del Agua, y adquieren el color rojo de la llama. Cuando nuestras aguas internas se tiñen del color de la sangre, la obra alquímica se ha realizado en nosotros. (cuando tienen lugar cambios en nuestro interior, vemos como las cosas ya no vuelven a ser iguales en el exterior, nos alejamos de los amigos, cambiamos de gustos…)

16.- Muere entonces la tercera parte de las criaturas que viven en ese mar y se destruye la tercera parte de las naves. ¿Qué criaturas y qué naves son esas? Naturalmente, Juan se refiere a las criaturas que deben su vida a la acción conjunta del Agua y del Aire. Sabemos que el mar está regido por Piscis y que la dinámica de este signo es la que conduce a la exteriorización de las emociones. Las criaturas que viven en ese mar interno son nuestros propósitos sentimentales, pero en esta fauna cabe distinguir las criaturas gestadas únicamente con nuestros sentimientos, sin participación de otros elementos, naciendo por generación espontánea, por así decirlo, de las gestadas con la ayuda del Aire, del Fuego o de la Tierra. El fuego llena nuestro mar interno de criaturas radiantes, esplendorosas, auténticas walkirias que cabalgan en hipocampos armados para el combate esencial. La Tierra genera en nuestro mar esas criaturas que buscan la seguridad, el bienestar, la riqueza. Las criaturas que el Aire le engendra al mar, como hemos dicho, son de naturaleza muy diversa y mientras unas apuntan a lo sublime, otras van a perpetuar lo perverso. Esas criaturas morirán cuando la montaña de llamas del cielo se una al mar para formar un solo elemento, produciéndose una transformación súbita en la psique de los que viven ese momento.

17.- En cuanto a las naves que surcan ese mar interno, simbolizan los propósitos elaborados, en los que un número indeterminado de criaturas se ha juntado para estructurarlos, darles un cuerpo sólido, una estabilidad que los convierta en esas islas movientes que son los barcos, capaces de desafiar una tempestad. Todos llevamos encima de nuestra naturaleza emotiva esas naves cargadas de tripulación, o sea, de Propósitos, que navegan sobre nuestras Aguas sin pertenecer propiamente hablando a nuestro mundo de Deseos, pero utilizando su fuerza y su consistencia para moverse. Esos Propósitos Viejos, que ya se han realizado y han conseguido dar fruto y que, acumulando fuerzas, se han convertido en una institución generadora de hábitos, que son auténticos parásitos instalados en nuestra naturaleza emotiva, polucionándola, naufragarán. Naufragarán aquellos que deban su existencia al Aire que hay en nuestra Agua.

En un horóscopo, podemos ver la proporción de Aire que hay en el Agua estudiando la posición de los planetas y de las Casas en los signos regidos por estos elementos. Los planetas que rigen los signos de Aire son: Venus por Libra; Saturno por Acuario, y Mercurio por Géminis, y son Casas de Aire la 3, la VII y la 11. Si esos planetas y esas Casas se encontraran en signos de Agua Cáncer, Escorpio o Piscis), diríamos que las Aguas de la persona están muy colonizadas por el Aire y, por consiguiente, el tercio que desaparecería, si entrara la tal persona en periodo Apocalíptico, sería muy importante, puesto que en su mar interior habrían muchas criaturas y barcos generados por el Aire.

18.- "El tercer ángel hizo sonar su trompeta y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y se precipitó sobre el tercio de los ríos y sobre las fuentes de las aguas. El nombre de esta estrella es Ajenjo. Convirtiose en ajenjo el tercio de las aguas, y muchos de los hombres murieron por las aguas, que se habían vuelto amargas. (Apocalipsis VIII, 10-11).

El mar está regido por Piscis, decíamos; los ríos pertenecen a Escorpio y las fuentes a Cáncer. En ese repliegue del mundo de Jehová-Binah, la dinámica se reinvierte y lo último es lo primero en ser exterminado. En el proceso natural del transcurrir de las Aguas, lo primero es la fuente o la lluvia, bajo el mando de Cáncer; después vienen los ríos y los lagos, auspiciados por Escorpio, y finalmente el mar de Piscis. Al replegarse las fuerzas de Binah primero liquidan su imperio en el mar y después lo hacen en los ríos y las fuentes.

El tercio de la vida existente en ríos y fuentes -esa vida que depende del elemento Aire- es liquidada por la caída de una estrella llamada Ajenjo. Esta caída ya fue contemplada por el profeta Isaías, que en su terrible canto 14, punto 12 y siguientes, decía: "¿Cómo caíste del cielo, lucero del alba, hijo de la Aurora? ¿Cómo has sido precipitado por los suelos, tú que ejercías vasallaje sobre todas las naciones? ¿Tú que decías, en lo profundo de tu corazón?: "Escalaré los cielos, por encima de las estrellas del Eterno y elevaré allí mi trono, asentándome en la montaña de la asamblea, en las profundidades del norte. Subiré sobre las cumbres de las nubes y seré igual al Altísimo". Pues bien, a las profundidades del abismo has bajado".

La estrella cuya caída Isaías y Juan contemplaron es Venus, el lucero del Alba, la primera luz que nos viene de la columna de la Derecha cuando, desde las profundidades de Malkuth, elevamos los ojos hacia lo alto. Venus-Netzah es nuestro guía; es a través de su luz que percibimos detrás a Hesed y, más allá aún, a Hochmah. A medida que el Día se levanta en nuestra naturaleza interna, Venus-Netzah abre los cielos a nuestra contemplación, y luego, al declinar la jornada y sobrevenir la noche, al volver a nuestro Malkuth, la última luz que recibimos es la de Venus, y por ello le fue dado el nombre de Véspero, como el de Lucero del Alba.

19.- Ese Lucero, cuya ambición de escalar los cielos tan soberbiamente nos describe Isaías, se ve derribado de su pedestal. Se trata del Lucero establecido en nuestra naturaleza interna, del Venus que todos llevamos dentro. Pero si leemos inspiradamente ese pasaje apocalíptico, veremos que no todo Venus se cae, sino tan sólo una parte: la parte necesaria para volver amargas las aguas de nuestros ríos y de nuestras fuentes; es decir los puntos de nuestra geografía humana de los que emanan nuestros deseos y los conducen hacia ese mar en el que han de convertirse en vapor que el Viento impulsará sobre nuestra Tierra Humana, formando entre el Sol y nosotros una barrera de nubes que hará que la luz de la conciencia nos llegue atenuada y que nos sea más fácil comprender el mensaje del Ego.

En nuestros estudios cabalísticos hemos visto que Netzah es el 2º He del Mundo de Creaciones y por consiguiente, es el fruto exquisito elaborado por nuestra naturaleza emotiva; es una hija de Júpiter, puesto que Hesed-Júpiter es el que insemina ese Mundo, pero también lo es de Hochmah, que es el Séfira que rige el ciclo de Creaciones. Pero al mismo tiempo Netzah-Venus es el Yod del Mundo de Formación, y ese Mundo está regido globalmente por Jehová-Binah, el institutor de las reglas.

Nos llevaría ahora demasiado tiempo estudiar lo que esto supone en cuanto a las funciones de Venus en su doble papel, estudio que de todos modos haremos en otra parte de la Enseñanza. Lo que queremos decir aquí, es que lo que cae de Venus es su parte saturniana, lo que hay en ella de Binah-Jehová. Al retirarse este rey del trono del mundo, se lleva su decorado, por así decirlo y se desploma todo lo que era sostenido por los agentes a su servicio.

Lo que se cae pues son las propiedades amargas de ese Séfira que encierra infinitas dulzuras. Esa parte caída toma el nombre de Ajenjo, planta contra la cual ya Jehová puso en guardia su pueblo en el Deuteronomio 29/17, diciendo: "Que no haya entre vosotros raíz que produzca ni Adormidera ni Ajenjo". La adormidera es la planta de la que se extrae el opio. En cuanto al Asenjo, es una planta que utilizaban los brujos en sus invocaciones infernales y la Tradición la considera como receptáculo de las fuerzas que trabajan en el Abismo. Las infusiones de hojas de ajenjo facilitan la visión de las regiones inferiores del Mundo de Deseos, así como los contactos con los que viven en tales esferas. Al igual que el opio, también tiene numerosas aplicaciones medicinales, puesto que el mal destruye el mal y cuando dos males se enfrentan ambos se aniquilan. Pero también ese estudio nos llevaría muy lejos del propósito que nos anima ahora. Lo que debemos retener de esta secuencia apocalíptica es que las cualidades amargas de Venus, las saturnianas, se caen del firmamento, de nuestro firmamento interno y convierten en amargos nuestros ríos y fuentes.

Ya hemos visto que Jehová está retirando del mundo sus Vientos, o sea, el elemento sobre el que ha reinado desde que se convirtiera en soberano absoluto, después del Diluvio. Es ese Viento-Pensamiento interiorizado en Venus-Netzah lo que le da su calidad Amarga. Por ello los amores, que Venus rige, no son todo lo dulces que pudieran ser y por momentos tienen el sabor del ajenjo.

20.- De la maceración de las hojas de ajenjo sale la absenta, su licor amargo. En las ceremonias iniciáticas, tal como se practican aún hoy en día, se le da a beber al candidato al Conocimiento una copita de absenta, símbolo de la amargura que ha de dar muerte a "muchos hombres" que habitan en sus ríos y en sus fuentes; es decir, muchos propósitos que están naciendo y que aún no han llegado a ese mar en el que ya hemos visto naufragar la tercera parte de su contenido.

Esa copa de la amargura realiza las mismas funciones que ese astro caído llamado Ajenjo, o sea, matar esos "hombres" en nuestras aguas internas. Mientras la Amargura de Saturno-Binah va unida a la Dulzura de Venus, ese combinado da vida a una serie de "hombres" o propósitos, en los cuales el Pensamiento utiliza el Sentimiento para conseguir algo. Al hablar del mar hemos visto cómo estos propósitos estaban elaborados y eran destruidos en el momento de ser exteriorizados. Aquí los propósitos son destruidos en vías de elaboración, pero tan sólo un tercio, o sea, aquellos propósitos elaborados con la ayuda del Viento, el elemento que se retira.

Al concentrarse toda la Amargura contenida en Venus y "caer" en nuestras Aguas, la recibimos sin el azúcar con el que normalmente va diluida, y al paladear lo amargo en toda su pureza, nos damos cuenta de todo el dolor que aquel propósito iba a dejarnos si lo lleváramos a término. Entonces lo matamos, ante la evidencia de su naturaleza.

Las operaciones alquímicas tienen por objeto separar las distintas substancias que componen un cuerpo determinado a fin de poder gustar cada una de ellas por separado y conocer así sus propiedades. Muchas veces hemos dicho que nuestro mundo es el resultado de las infinitas mezclas de los ingredientes que se encuentran en el Zodíaco. El mundo futuro será más simple, menos complejo. Cuando el Aire se haya retirado del engranaje cósmico, todo quedará simplificado y Venus conservará sus propiedades dulces al desprenderse de ella lo amargo.

En un horóscopo podemos calibrar la cantidad de Amargura que lleva Venus por su situación y los aspectos que recibe. Si se encuentra en un signo regido por un planeta de la izquierda -Capricornio, Acuario, Aries, Escorpio, Géminis o Virgo- o si forma aspectos con Saturno, Marte o Mercurio, será un Venus con mucho Ajenjo y sus Aguas bajarán amargas, o sea, se estarán formando propósitos en los cuales los Sentimientos serán utilizados para obtener conocimientos intelectuales y ello conducirá nuestra existencia hacia las horas amargas.

21.- "Tocó la trompeta el cuarto ángel y fue herida la tercera parte del Sol y la tercera parte de la Luna, y la tercera parte de las estrellas, de suerte que se oscureció la tercera parte de las mismas y el día perdió una tercera parte de su brillo, y asimismo la noche. Vi y oí un águila que volaba en mitad del cielo diciendo con voz poderosa: ¡Ay, ay, ay de los moradores de la tierra por los restantes toques de trompeta de los tres ángeles que todavía han de tocarla!" (Apocalipsis VIII, 12-13).

En los demás astros sucede lo que ya ha visto Juan respecto a Venus, sobre el cual, como queda explicado, Binah-Jehová ejerce un dominio particular. El vidente tiene que referir sucesivamente una serie de fenómenos que se producen simultáneamente. El elemento Aire se retira del universo y por consiguiente, siendo tres los elementos activos, una vez desaparecida la Tierra, todo cuanto existe en nuestro universo solar se queda sin su tercera parte.

Lo importante a retener de esta visión es que el cambio de titulares en el gobierno del universo no es algo que concierna únicamente a los habitantes de la Tierra, sino a toda la vida existente en los demás planetas. O sea, que cuando Hochmah-Cristo tome las riendas del universo, su reino se extenderá a todos los astros que forman el sistema solar, lo cual significa que la aparición de ése fenómeno cósmico no depende solamente de nuestra velocidad de crucero en lo tocante a la evolución, sino de la rapidez o lentitud con que evolucionen los que forman parte de la Oleada de Vida humana y que habitan en los restantes 6 planetas del sistema: la entrada en la 5ª Ronda de este 4º Día, se llevará a cabo conjuntamente y nos encontraremos en ella todos los que fuimos Espíritus Virginales en el 1er Día de la Creación y que luego, por necesidades de nuestro ritmo evolutivo, fuimos dispersados en los 7 planetas.

22.- Esa Águila que vuela por el cenit y que lanza los tres ayes por los sucesivos toques de trompeta, tiene un alto significado.

Como ya vimos en el capítulo 4, al hablar de los 4 animales ante el Trono, el Águila ocupa una posición muy particular, puesto que figura en la casilla de los signos de Agua, siendo un animal alado. Dijimos entonces que el Águila representaba una combinación de Agua y Aire, porque el Pensamiento por sí solo, atributo de Binah-Saturno, está hecho para volar, pero no puede hacerlo si los Deseos no le fabrican las alas. El Mundo de Deseos es, esencialmente, el del movimiento; allí sus habitantes recorren miles de kilómetros con sólo desearlo. El Deseo produce las alas que permite al Pensamiento volar, y así el Águila simboliza los deseos sublimados, los Deseos que han ido más allá de su propio elemento, representando ese Sendero que va de Piscis a Libra. En la lámina nº 8 del Tarot, la que ilustra el Heith, una de las fuerzas activas en este capítulo, aparece la imagen de la Justicia, sosteniendo unas balanzas. En algunas láminas antiguas, sobre esas balanzas aparece un águila imperial. El Águila, al elevarse por encima de las contingencias mundanas y ver las cosas desde el cielo, puede apreciar lo que es Justo.

En la sucesión de los signos del Zodíaco, tal como los hemos estudiado, por Elementos, podemos decir que Libra es el Hijo de Piscis, puesto que es en la naturaleza de Piscis que nace el deseo de trascender su propio elemento y de ir más allá. Siguiendo ese razonamiento, podríamos decir que el Aire es hijo del Agua; que es el resultado de la renuncia del Agua a invadir el cielo y someterse y retirarse a un cauce para que el Aire pudiera vivir, cosa que sucedió con el Diluvio. El Águila representaría así el Pensamiento que los Deseos han engendrado, y como hijo del Agua que es, ese Pensamiento no puede morir cuando Binah retira su elemento.

Los Vientos se retiran, pero lo que los Sentimientos elaboraron con la ayuda de los Vientos, esto permanece. Y así, cuando el tercio del universo se desploma y ya no queda en él Viento alguno, el Águila sigue volando y contiene el espíritu profético, sintetizado en esos tres Ayes que anuncia a los hombres que alojamos en nuestro interior y que todavía no forman parte del otro mundo.

Hay un Águila más o menos grande dentro de cada uno de nosotros, un Pensamiento que un se encuentra en el estadio animal de su primera fase, la Yod, puesto que el Pensamiento nos ha sido dado el actual 4º Día y en un estado semejante al de los minerales. En ese estado mineral, el Pensamiento ha de pasar por las fases Yod-He-Vav, y es en el estadio Vav del Yod que aparece el Águila. El elemento Aire nos permite nutrir ese Águila mientras el elemento es activo. Al sernos retirado, ese Águila interna ya no podrá seguir creciendo, pero siendo una creación nuestra, nadie nos la podrá arrebatar. Nuestro Pensamiento tendrá el tamaño y el poder sobrevolador de esa Águila mítica y a través de ella veremos el presente y el porvenir.

En tiempos de catástrofes, esa Águila nos dirá: ¡Ay, ay, ay, prepárate!, anunciando la conmoción que va a producirse dentro de nosotros al toque de las trompetas celestes.

Es con esa Águila interna que algunos videntes anuncian a sus clientes las calamidades a venir, y en la 5ª Ronda, y después en la 6ª, esa Águila-Pensamiento nos seguirá, incorporada a nuestro Cuerpo de Deseos.

Diremos pues, para sintetizar ese punto, que existen dos tipos de Pensamiento: el que se desprende de la esencia misma, que es ese Maná que un día recibiera el Pueblo Elegido y que Jehová derramara del cielo, introducido en nuestros Vacíos Internos por las legiones angélicas, y el Pensamiento que cada uno de nosotros ha elaborado al mezclar esa Esencia- Aire con los demás elementos. Cuando el Pensamiento Divino se retire de nosotros, nos quedaremos con el que hemos podido elaborar mientras esa esencia ha estado en nosotros. Esa elaboración propia es todavía deficiente, no está a la altura humana, por ello su símbolo es de naturaleza animal, es el Águila, el que más alto vuela de todos los animales, el que no necesita acompañante en sus incursiones por el espacio. Son animales que valen mucho y por ello suele decirse de los que van solos por la vida: Tú vas sólo como las águilas.

En ese 8º capítulo, además de la fuerza Heith, rige el Samekh, la letra que representa el final de un ciclo, pero se trata aquí de un final hacia arriba, hacia la evolución, y no de un final hacia abajo, como comúnmente se interpreta el Samekh en el camino de las cristalizaciones.

Kabaleb, Apocalipsis