Apocalipsis, el camino del conocimiento (2, 2ª parte)

12.- Tendremos así que cuando Hesed-Júpiter edifica en nosotros la Iglesia llamada Esmirna, está construyendo algo que caerá inevitablemente en manos de un usurpador o de un virrey que la dirigirá desde fuera o con criterios de uno que está fuera.

Ya sabemos que Júpiter representa el Poder en su vertiente ejecutiva, de modo que de Esmirna nos vienen las decisiones que afectan la totalidad de nuestra existencia, porque de lo que se decida allí dependerá la inclinación que demos a nuestra vida. Pero ese poder está sometido a una Ley dictada por Binah, de modo que el único poder es el de interpretar una ley con más o menos generosidad...

Si Júpiter pudiera hacer realmente esto, ya sería mucho. Pero resulta que en el momento de ejecutar, aparece el experto, el representante de la sinagoga de Satán, que le dice al legítimo ejecutor: déjame a mí, que yo sé de que va, y es él quien ejecuta.

En el período involutivo, Hesed-Júpiter ha sido un reino usurpado, violado, desnaturalizado, en el que su verdadero príncipe ha vivido en el exilio, la tribulación y la pobreza, siendo potencialmente un hombre rico. Pablo se lamentaría

de no poder hacer el bien que quisiera y en cambio de hacer el mal que no quisiera, porque la ley de sus miembros le impedía ejecutar la ley procedente de su voluntad. (Todos nos encontramos en algún momento con esa sensación de impotencia, de querer comportarnos de una forma y hacerlo de otra).

En los rituales iniciáticos se recoge esa impotencia de Esmirna-Hesed y en ellos vemos cómo el Tesorero, que ocupa un escaño en la columna de la derecha, entre el Orador-Hochmah y el Maestro de Ceremonias-Netzah, es el hombre rico del Templo, pero es el único (de los oficiales), en las ceremonias, que permanece mudo en su puesto. El que instruye al neófito es el Experto, representante de Gueburah-Marte, del mismo modo que en el Paraíso, el instructor fue Serpiente-Samael.

13.- Cristo no le reprocha nada a Esmirna, decíamos, y si tuviéramos que traducir su discurso a esa Iglesia en términos convencionales, podríamos expresarlo así: Sé que hay en ti, ser de Esmirna, un tesoro espiritual de incalculable valor y que si pudieras manifestarlo, el mundo entero se enriquecería con él. Pero las condiciones en que vives te impiden hacerlo y aunque tu comportamiento sea indigno, aunque no rindas testimonio de tu auténtica naturaleza, yo comprendo que no pueda ser de otro modo y no te hago ningún reproche. Nada de lo que puedas hacer te será contado en la hora final y cuando termine tu tribulación, tú, ser de Esmirna, recibirás la corona del Reino.

Estas o parecidas son las palabras dirigidas por Cristo al Ejecutor que no ejecuta según sus auténticas intenciones, sino que se ve obligado a ceder su cetro al Experto, a uno que actúa en sí mismo en su propia tierra humana, y habla por su boca, enroscado en el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

Esto significa que mucho ha de serle perdonado al hombre de acción, porque es necesario que en el mundo haya acción, que tengamos la audacia de tomar decisiones y que no nos escudemos en el temor de equivocarnos y cargar la cuenta de nuestro karma. En esta carta de Cristo a los de Esmirna encontramos parcialmente la respuesta a esa pregunta que formulan tantos estudiantes de esoterismo, a saber: ¿Qué ocurre con los dictadores, los tiranos, los que han pasado por la tierra cargados de poder y que han sido auténticos azotes para el pueblo? En Cristo han de encontrar mucha comprensión, porque en ellos, la sinagoga de Satán se ha volcado y les ha impedido manifestar el tesoro de su naturaleza íntima. A esos grandes ejecutivos -grandes por la repercusión de sus acciones-, Cristo no los ve como los hombres los ven. Los hombres los juzgan de una manera, pero a menudo sus juicios resultan calumniosos porque los tienen por causantes de algo que a menudo es una mera consecuencia, un mero efecto de una causa lejana que ellos mismos han puesto en circulación, siendo el tirano el ejecutor de su justicia, de lo justo y merecido por esos que se dicen judíos y que son sinagoga de Satán, o sea, son depósito vivo de las energías desperdiciadas que Satán y sus legiones administran.

14.- Sin embargo, Cristo anuncia a los de Esmirna sufrimientos, pruebas, cárcel y diez días de tribulación. Algunos de nosotros tendrán que pasar por esto antes de obtener la Corona de la Vida.

La crónica sagrada se refiere siempre a cada ser humano en particular. No se trata pues de que a muchos de los que pudieren formar parte de la organización social llamada Esmirna no les pasase nada, mientras que algunos miembros pasarían por la tribulación. Esos "algunos de vosotros" los llevamos todos dentro, o sea, que algo de nosotros, de nuestra naturaleza interna, pasará por la prueba.

En el estudio de la Carta Natal podemos ver esto perfectamente reflejado. En efecto, en cada Carta vemos cómo los 10 planetas que actúan en nuestro universo ocupan unas posiciones determinadas y vemos que forman entre ellos aspectos (un aspecto es la distancia que separa dos planetas en el zodiaco) que clasificamos de buenos y malos. Todos esos planetas, en su conjunto, son Nosotros, y cada uno, por separado, representa a Algunos de Nosotros. De forma que mientras Algunos de esos planetas forman lo que llamamos buenos aspectos y producen en nuestra vida una serie de facilidades, Algunos Otros forman lo que llamamos malos aspectos y de ellos nos vienen dificultades, sufrimientos, pruebas, cárcel, tribulaciones, condenando parte de nuestra existencia a vivirla por debajo de nuestras posibilidades reales.

Cristo fija esa tribulación en un período de diez días. Si contamos los Séfiras que están por debajo de Hesed-Júpiter, vemos que son 5 (Gueburah, Tiphereth, Netzah, Hod y Yesod), excluyendo Malkuth, que es el campo de Tiro sobre el cual se disparan los proyectiles procedentes de los demás Séfiras. Tendremos pues que en el trayecto de descenso, las funciones ejecutivas de Júpiter-Esmirna se verán usurpadas por Marte, Sol, Venus, Mercurio y Luna (planetas regentes de los 5 séfiras anteriores). Luego, en el trayecto de ascenso, cada uno de esos planetas-Séfiras irá restituyendo el poder al auténtico soberano, de modo que esa recuperación del poder se efectuará en 5 etapas que, sumadas a las otras 5, constituyen esos 10 períodos o Días que ha de durar la Tribulación. Mientras el poder ejecutivo no esté en manos de su auténtico soberano y sea el usurpador quien ejecute, las cosas de nuestra vida no se harán como deberían hacerse y nos encontraremos en nuestra Carta Natal con planetas mal aspectados que nos obstaculizarán y no podremos ser totalmente libres; algo en nosotros sufrirá tribulaciones, pero no las sufriremos en la totalidad de nuestro ser porque Cristo comprende la situación y ejerce sobre nosotros su prerrogativa del Perdón.

15.- Cuando Esmirna pueda ejercer como Hombre Rico que es, o sea, cuando hayan pasado esos 10 Días de Tribulación y los sucesivos usurpadores vayan entregando el cetro al soberano legítimo, el ejecutor que hay en nosotros, conseguida la Corona de la Vida, prometida por Cristo, gobernará sin restricción y limitación alguna. En efecto, cuando la corriente creadora va de arriba abajo, los fluidos de Binah desembocan en Hesed y aportan a ese Paraíso la prohibición. Pero cuando la corriente se reinvierte y va de abajo arriba, es Hesed quien interrumpe en Binah estableciendo el Reino de la Libertad y acabando con las leyes, necesarias en el Descenso.

Cuando esto suceda, podemos decir que el ser humano ha vencido, que ha llegado a la meta; a la meta de la presente etapa, claro está. Cristo Nos dice que ese vencedor no tendrá que sufrir la segunda muerte. ¿Qué significa esto exactamente? El lector sabe que el ser humano, en su actual constitución, tiene 3 cuerpos, el Físico, el de Deseos y el Mental. Por consiguiente, tiene que pasar por 3 muertes. La primera ya todos la conocemos y su proceso ha sido estudiado en el Curso de los Misterios de la Obra Divina (ver la web: www.kabaleb.com). La segunda muerte es la del Cuerpo de Deseos, cuyos contenidos experimentales se concentran en su átomo-germen, que pasará en su día al Ego. Entendemos por muerte la pérdida de conciencia de la entidad humana que somos. En la primera muerte perdemos conciencia del mundo físico que ha sido escenario de nuestras actuaciones. En la segunda muerte perdemos conciencia del Mundo de los Deseos, cuyas partículas formaban nuestro Cuerpo de Deseos. La ley natural hace que el mundo inferior no pueda penetrar en el superior más que quintaesenciado, reducido a una esencia susceptible de ser admitida en un universo cuya frecuencia vibratoria es más elevada que la del Mundo del cual procede.

Hesed se encuentra en la frontera de dos mundos, puesto que es el 2º He del Mundo de Emanaciones y el Yo del Mundo de Creaciones (si aplicamos las fases del Yod-He-Vav-He al Árbol de la Vida, tendremos que Kether es el Yod; Hochmah el He; Binah el Vav y Hesed el 2º He, pero como sucede en la fruta, que contiene en su interior la semilla, que de ser plantada dará un nuevo árbol con frutas, el 2º He es al mismo tiempo el Yod del siguiente ciclo. Así, Hesed será un Yod; Gueburah un He; Tiphereth un Vav y Netzah un 2º He, que a la vez se convertirá en el Yod del siguiente ciclo). Por consiguiente, Hesed constituye un Centro bisagra y cuando en el proceso evolutivo su naturaleza ya no va hacia abajo, sino hacia arriba, la memoria emotiva no muere y el individuo conserva, en el Mundo del Pensamiento, el recuerdo de su Yo-Emotivo, constituyendo su Cuerpo Mental y su Cuerpo de Deseos una unidad, como Padre e Hijo son Uno.

16.- "Escribe al ángel de la Iglesia de Pérgamo: He aquí lo que dice el que tiene la espada aguda de dos filos: Sé dónde moras, sé que ahí ésta el trono de Satán. Tú conservas mi nombre y no has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi fiel testigo, que fue muerto entre vosotros, donde Satán tiene su morada. Pero tengo algo contra ti: que toleras a los que siguen la doctrina de Balam, que enseñaba a Balac a poner obstáculos ante los hijos de Israel, a comer de los sacrificios de los ídolos y a fornicar. Igualmente hay entre los tuyos gentes que siguen al mismo tiempo la doctrina de los nicolaítas. Arrepiéntete pues, si no, vendré a ti pronto y los combatiré con la espada de mi boca. Y quien tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere le daré el maná oculto y le daré también una piedrecita blanca, y en ella escrito un nombre nuevo, que nadie conoce, sino el que lo recibe" (Apocalipsis II, 12-17).

Esta tercera carta va dirigida a lo establecido en nosotros por Gueburah-Marte. Al dirigir su primera carta a Efeso, Cristo aparece como el detentor de un poder absoluto, el que da la luz que lo mantiene todo en vida. Les habla de parte del que tiene las 7 estrellas en su mano derecha y anda en medio de los 7 candelabros de oro. En su segunda carta, a Esmirna, aparece en su aspecto de Eterno, como "el primero y el último, el que estaba muerto y ha vuelto la vida". En esta tercera carta a Pérgamo, aparece como justiciero, el de "la espada de dos filos" que sirve para discernir el bien del mal. En las demás cartas aparecerá bajo otros aspectos, lo cual indica que nuestra organización psíquica, según sea la Iglesia que está en funciones en un momento dado de nuestra existencia, Cristo aparece como la luz que ha de permitirnos encontrar el Camino en el universo de las reglas y de las leyes; como el Eterno, distinto, pero siempre igual a sí mismo en las 22 estancias en que ejercemos el Poder; como el Justiciero cuando moramos en el trono de Satán, espada en mano para combatir a los que no han efectuado el Retorno, palabra que algunos productores sustituyen con la de Arrepentimiento.

17.- La Tradición Esotérica nos dice que es en Gueburah-Marte que los Luciferianos han establecido su cuartel general y Cristo nos lo confirma aquí al decir a los de Pérgamo: "Sé que ahí ésta el trono de Satán" y lo repite al recordar a esa Iglesia que mataron al que rendía testimonio de Él, ese Antipas, el cristiano que está en nosotros cuando Pérgamo actúa y cuya vida corre peligro.

En nuestros comentarios de los Evangelios y en las lecciones de Astrología (3er Curso), ya nos hemos referido a este punto de la Enseñanza, o sea, a la relación de los Luciferianos con Marte, y al comentar esta tercera carta podemos añadir algo más:

A menudo al lector le parece extraño que Marte sea el regente de Aries, el signo a través del cual lo divino entra en lo humano. Pero, como ya hicimos notar, en ese 4º Día de la Creación, regido por Hesed-Júpiter, el 4º Séfira, Gueburah, se sitúa en el 2º puesto empezando a contar desde Hesed, realizando así las funciones que Hochmah realiza en el ciclo primordial, de modo que si Hochmah es el revelador del rostro de Kether-Padre, Gueburah será también, en ese 4º Día, el que nos revele el rostro de ese rey del Olimpo que es Júpiter-Hesed. Por ello en Astrología aparece como el conductor de las energías procedentes de Aries, las que Kether utilizó al Principio para iniciar la Obra de la Creación.

Hoy por hoy, el hombre no está en condiciones de absorber más que una mínima parte de esas Energías procedentes de Aries y administradas por Gueburah-Marte, lo cual significa que se produce una enorme cantidad de Desperdicios, cuya administración es confiada Satán. De ahí que Satán sea más activo en el Gueburah qlifótico (el centro de desperdicios energéticos donde va a parar la energía que no utilizamos), el de abajo, que los Coros de Ángeles o Arcángeles adscritos a Gueburah-Marte.

El Desperdicio de la Palabra Divina, de la Sangre del Cordero de Aries, equivale a matar el testigo del Reino preconizado por Cristo. Esta muerte obliga Satán a intervenir, porque las Energías Creadoras que no pueden ser interiorizadas directamente al emanar de su fuente cósmica, nos son inoculadas desde abajo, con los métodos bien conocidos de los Luciferianos (a través de las anécdotas que vivimos todos los días), sin Amor.

18.- Son muchos los reproches que Cristo les dirige a los de Pérgamo, en especial el de comer carnes inmoladas y el de fornicar. Así se lo recomendaba Balam a Balac, rey de los Moabitas. Ambas cosas debían conducir el pueblo a la infidelidad a su Dios.

Ya vimos en el punto 8, al hablar de los Nicolaítas, como el pretender compartir el banquete con la divinidad, beneficiándose y prestigiándose con el ritual que a esa divinidad se dirigía, no es algo que sea visto con buenos ojos por Cristo. El otro gran reproche que dirige a los de Pérgamo, es que sus gentes se libraban a la fornicación.

También nos hemos referido a esta cuestión a lo largo de nuestros estudios y hemos dicho que las energías que se exteriorizan a través de los órganos sexuales, disminuyen la capacidad del cerebro de tener una clara visión de los mundos espirituales. En el punto anterior hablábamos de los Luciferianos de Marte, administradores de las energías desperdiciadas. Sabemos que Marte rige dos signos del Zodíaco: Aries y Escorpio, y que este último es el que se ocupa de las funciones sexuales. Es con el potencial de este signo que los Luciferianos nos introducen los Desperdicios, o sea, potencian las funciones sexuales.

Si trazamos una línea curva que una los signos de Aries y Escorpio tendremos una imagen bastante aproximada de nuestra columna vertebral, que también es curva, y en ella aparecerán los misterios de esa rama del Árbol Cabalístico por la que circulan las Energías creadoras. Como en cualquier otro canal, las energías circulan en doble dirección, unas yendo de Aries a Escorpio y otras retornando de Escorpio a Aries. Las primeras van del Mundo Divino a la Fornicación. Las otras suben de la Fornicación al Mundo Divino.

No debemos pues entender por Fornicación únicamente la copulación sexual, sino toda producción que salga por la puerta de Escorpio. ¿Qué es lo que Escorpio produce? Si tomamos un tratado de Astrología, veremos que se le atribuye a Escorpio la industria, en particular la siderurgia; que allí se encuentran adscritos los militares, con sus guerras, los policías. En este signo sitúan los astrólogos la industria charcutera, cuya actividad consiste en triturar carnes y huesos para componer con ellos "pasteles" lo cual está muy en línea con lo que sucede en las regiones inferiores del Mundo de Deseos, donde la fuerza de Repulsión lo tritura todo. También en la Casa 8, prolongación terrestre de Escorpio, aparece inscrita la muerte, los placeres materiales, los amores procedentes de la sociedad.

El mundo salido de Escorpio es el mundo de la Fornicación; es esa sociedad producida por el Agua-Sentimientos, que ha captado el Fuego Divino para su provecho y placer personal. No vamos a extendernos aquí a considerar si el producto de Escorpio ha resultado finalmente positivo para los seres humanos, ni si las cosas pudieran haber sucedido de otra manera. Lo que debemos retener en este punto de la Enseñanza es que para entrar en el Reino sin convulsiones, debemos dejar de Fornicar, y que esto no se refiere a una introducción de órganos sexuales el uno en el otro, sino que se trata de cortar la corriente que va de Aries a Escorpio y reinvertirla para que lo que sale de Aries vuelva a Aries, y no solamente eso, sino que esa corriente se engrose con la afluencia de las energías procedentes de Escorpio, ya que ese signo produce las aguas fecundas que, al ofrecerse al Fuego, dan Fecundidad al Pensamiento Divino que hay nosotros. Es éste un vasto programa, ya que vivimos en una sociedad nacida de Escorpio, no sólo en el aspecto genético, sino en toda su organización industrial y comercial. Es de esa sociedad que tenemos que “arrepentirnos”, o sea, cortarle el fluido energético que la alimenta.

Cristo promete a los vencedores de esa titánica empresa el "mana oculto", no aquel que recibiera la humanidad en el Desierto, que era el Pensamiento Divino descendido a niveles humanos para que el ser humano se edificara un Cuerpo del Pensamiento, sino el alimento que permite comprender lo que se oculta ante nuestros ojos, el misterio del otro mundo. Es de Pérgamo que nos vendrá esa visión de los Trabajos que debe efectuar esa "Iglesia", ya que la Visión de lo Oculto no puede ser un don que nos viene por casualidad, sino el resultado de un proceso de edificación que consiste en dejar de producir con los materiales de Escorpio y dejar de prestigiarnos con lo divino, comiendo las carnes que le son destinadas.

Ya con la comprensión de lo oculto, nuestra personalidad cambiará, ya no seremos el mismo, ya no llevaremos el mismo nombre, sino uno que sólo nosotros conoceremos porque acabamos de nacer en un mundo en el que nuestros compañeros de vida todavía no están y nadie nos conoce. Somos una piedra blanca del nuevo universo, de ese Reino a cuya construcción Cristo nos llama.


19.- "Escribe al ángel de Tiatira: He aquí lo que dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como una llama de fuego y cuyos pies son semejantes al bronce ardiente: Conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu fiel servicio, tu constancia y tus últimas obras, más numerosas que las primeras. Pero lo que tengo contra ti es que dejas la mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñar y seducir a mis servidores para que se libren a la impudicia y que coman las carnes sacrificadas a los ídolos. Le he dado tiempo para que ella se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su impudicia. He aquí que voy a arrojarla sobre la cama y enviaré una gran Tribulación a quienes cometan adulterio con ella, a menos que se arrepientan de sus obras. Mataré a sus hijos, y todas las Iglesias conocerán que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y os devolveré a cada uno según vuestras obras. A vosotros, a todos los demás de Tiatira que no reciben esta doctrina y que no han conocido las profundidades de Satán, como ellas las llaman, os digo: No pongo sobre vosotros otro fardo; únicamente, lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
Al que venciere y guarde hasta el final mis obras, yo le daré autoridad sobre las naciones. Las apacentará con una vara de hierro y serán quebrantadas como potes de argila, del mismo modo que yo he recibido el poder de mi Padre. Y le daré la Estrella de la mañana. Quien tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias" (Apocalipsis II, 18-29).

Tiatira es nuestro Tiphereth interno, el Centro solar a través del cual el Ego ejecuta su política. Cristo dice que las últimas obras son más numerosas que las primeras, y ello es bien cierto, puesto que a medida que avanzamos en el proceso evolutivo, vamos integrando a nuestra alma-conciencia más materiales que en los primeros tiempos, cuando vivíamos como autómatas, sin ejercer la Voluntad y, por consiguiente, terminábamos la vida sin llevar casi nada a nuestras alforjas. Son todavía muchos los hombres que, de la vida a la muerte, pasan sin realizar apenas obra. A medida que nos encaramemos en el Árbol, nuestra obra será más numerosa y más conforme a las directrices del Ego, que es quién debería mandar en Tiatira, pero aún no manda.

20.- Lo que Cristo le reprocha a Tiatira es que se deja dominar por Jezabel, la mujer. En la Biblia, en la Crónica de los Reyes, nos encontramos a esa Jezabel, que es la misma, convertida en esposa del rey Acab, que no es otro que el soberano de esa Tiatira a la que Juan escribe. Vemos como la Jezabel bíblica usurpa las funciones de su marido para expedir decretos de muerte, inspirando al infortunado rey la política que debía llevar. Finalmente, Jezabel sería arrojada por la ventana de su palacio cuando intentaba seducir al nuevo rey, y su cuerpo sería devorado por los perros, los cuales incorporaron así en ellos una carne que ya les pertenecía antes de morir; los perros siendo esas criaturas de las tinieblas que inspiran a Jezabel.

Cada uno de nosotros es ese rey Acab sometido a la Voluntad de Jezabel, que da muerte a los profetas -al espíritu profético que hay en nosotros- y enseña a los servidores, señalándose ella misma como inspirada por la divinidad, induciéndolos a la impudicia y a la glorificación perversa.

Las cosas son así, en las tierras de Jehová en las que nos movemos. Desde que los sexos fueron separados y la unidad primigenia fue escindida, nuestra alma se dividió en dos, y la parte sombría de esa alma, Jezabel, le arrebata la luz, la potestad y el mando a ese Rey Ego que debería mandar y que no manda.

En la estructura del Árbol Cabalístico, vemos que entre Tiphereth y Malkuth, nuestro mundo material, se encuentra Yesod, que en este punto del relato apocalíptico toma el nombre de Jezabel. En la crónica evangélica, ese Yesod es Judas, el traidor, el que vende la luz; Jezabel ya no es una mujer, sino un hombre, es decir, una tendencia que se manifiesta positivamente y no negativamente; ya no se limita a arrebatar la luz de su fuente, suplantándola, sino que aparece como el auténtico dueño de la luz, el que la vende, el que conduce a los representantes de las tinieblas hasta esa luz que resplandece en la noche de Getsemaní, y que se la entrega con un beso, para que la maten, le quiten la sangre y se vinculen a ella. Pero ya en su momento dijimos de Judas lo suficiente (puede encontrarse esta información en el curso de evangelios de Kabaleb) y volvamos al problema de nuestro Tiatira.

En Tiatira-Tiphereth está nuestra Alma, un Alma que es nuestra Obra, o sea, la quintaesencia de todo lo que hemos ido aprendiendo en nuestro deambular humano. Esta Alma se ve iluminada, es decir, potenciada, por los fulgores del Ego, pero he aquí que cuando pretende descargar ésa luz en el mundo material, este mundo la rechaza, y es Jezabel la que aparece y consigue lo que la Voluntad del Ego no ha podido conseguir.

21.- En el libro de los Reyes I, capítulo 21, encontramos un episodio revelador en este sentido. Se cuenta en él como el Rey Acab quiso comprar a Naboth una viña que se encontraba junto su palacio. "Cédeme tu viña, le dijo, para crear en ella un jardín con árboles frutales, puesto que se encuentra junto a mi casa. Te daré en su lugar una viña mejor o, si te conviene, te la pagaré en dinero". Pero Naboth se negó a cederle la herencia de sus padres, lo cual irritó y entristeció al rey, que entró en su casa y se acostó sin comer. Jezabel, viéndole en aquel estado, le preguntó qué era lo que le ocurría y, al saberlo, le dijo: Levántate, come, alegra tu corazón, que yo te daré la viña de Naboth. Lo que hizo Jezabel fue escribir a los magistrados en nombre del rey, pidiendo la muerte de Naboth, el cual fue lapidado y el problema de la propiedad de la viña desapareció. Lo que Acab-Tiatira no pudo obtener, lo obtuvo Jezabel-Yesod, pero ¡de qué manera!

Ya sabemos que la viña es esa planta simbólica que produce el Dulce Zumo de la obra humana inspirada o el licor fermentado del conocimiento extraído de las experiencias. Lo que Acab pretendía era incorporarse esa quintaesencia experimental procedente de uno de sus "hombres", es decir de una de sus tendencias actuando en sus vehículos mortales. Jezabel consigue esa incorporación, pero sacrificando la tendencia, lapidándola, reduciéndola a una regla. La conciencia no puede incorporar algo que viene de esta forma, y por ello leemos en esa historia que el Eterno mandó a Elías para que hablase con Acab, que se vio obligado a renunciar a la viña.

Jezabel, la parte oscura del Alma, es la que escucha las voces que vienen de abajo, de la personalidad material, de esa personalidad que incorpora a ella los valores del mundo y pide a sus Fuerzas Espirituales que le concedan poder para realizar aquél sueño. Entonces Jezabel se apodera del sello real y escribe a los Magistrados, a los administradores de nuestra justicia para que se haga aquello. Y se hace, y tenemos lo que queríamos tener, pero esos hijos mueren, no pueden trascender y ser incorporados a nuestra conciencia porque no son conformes al discurrir del Cosmos. (Esto ocurre a menudo cuando queremos espiritualizarnos, acudimos a una escuela para hacer un curso, pero cuando nos dicen que durará un año y que deberemos seguir unas pautas, decidimos mandar a Jezabel, que se bajará las bases del curso de Internet para poder acelerar el proceso. El problema será que acabaremos abandonando nuestro propósito, porque sin el instructor y las pautas, resultará inútil).

22.- Cuando Tiatira está actuando en nosotros, cuando desplegamos nuestra voluntad, no debemos dejar que Jezabel actúe, ni aceptar los presentes que de ella puedan venirnos porque nos serán rápidamente arrebatados. Cuando actúa en nosotros la Iglesia de Tiatira, cuando el Sol-Tiphereth está en funciones, debemos hacer que Jezabel se arrepienta, o sea, que el Centro llamado Yesod se subordine a la Voluntad del Ego, y no que obedezca las voces de abajo y libre a nuestros servidores, a los Sentidos, los Sentimientos, la Mente, a la impudicia y a la adulteración de las reglas divinas. Si no lo conseguimos, Cristo nos promete la gran Tribulación y la muerte de los hijos, es decir, la desaparición rápida de aquello que tanto esfuerzo nos ha costado edificar.

En la circulación de Fuerzas por el Árbol podemos ver de qué manera se produce esa tribulación y esas muertes. Tanto Tiphereth como Yesod se encuentran en la columna del Equilibrio, la Central, pero mientras el primero es el canal transmisor de las corrientes de la Derecha, el segundo es el canal que da forma a los impulsos cristalizadores de la izquierda. Si Yesod-Jezabel es un instrumento a las órdenes de Tiphereth-Tiatira, las construcciones materiales contienen la luz que les permitirá moverse según las leyes eternas y no morir hasta su final natural. Esa luz arrebatada a Tiphereth, le es restituida por Hochmah, el Centro Crístico de Arriba, que la recibe de Kether-Padre y la Creación se mantiene. Pero cuando es Jezabel-Yesod la que utiliza y manipula a Tiphereth para satisfacer a la personalidad de abajo, en los vacíos dejados en Tiphereth por la aspiración de esa Luz, entra el Rigor, procedente de la columna de la izquierda y establece una nueva Voluntad. Entonces podemos decir que la vieja Voluntad muere y entra en funciones una nueva; o sea, muere el rey Acab, por decirlo en términos bíblicos, según la historia de Jezabel, y subirá al trono de Tiphereth, Jehu, el cual, después de tirar por la ventana a Jezabel, dándola en pasto a los perros (Reyes II, cap. 9), decapitará a los 70 hijos de Acab, o sea, exterminará los 10 Centros de Decisión instalados en los 7 Séfiras-Iglesias, ya que el nuevo soberano no puede gobernar con los vice-reyes que ha dejado el anterior.

Hay aquí un punto muy importante a meditar y a observar en nuestra vida, y es que cuando actuamos movidos por nuestra Voluntad Inferior, estamos debilitando nuestra esfera de la Voluntad del Ego, la que tiene su centro en el corazón humano, ese corazón que da Vida y sin cuyo latir todo muere. Cuantas más victorias consigamos para la personalidad inferior, más vaciada y desasistida de luz quedará la otra, y en ese vacío irá penetrando el Rigor, es decir, otro tipo de Voluntad que, en cuanto se haya instalado totalmente, matará sin piedad todo lo que la personalidad superior haya conseguido. Nuestro mundo humano morirá y nos encontraremos bajo el mandato de un rey sanguinario que inclinará nuestro corazón hacia la destrucción y la muerte. Y lo que es verdad en nuestra dinámica psíquica, lo es también en la dialéctica social. De ahí que en el mundo hayan reinado tantos tiranos y sanguinarios siniestros. Las victorias de Jezabel acortan nuestra vida después de haberla convertido en un montón de ruinas.

En el horóscopo individual, todos los nacidos con Luna creciente corren el peligro de que Jezabel sea la que mande en sus vidas. En cambio, los nacidos con Luna menguante deben temer menos la muerte de sus "Hijos". Cada mes, cuando la Luna crece, Jezabel tiende a dominar.

Al vencedor de esta prueba, que consiste en que sea la Voluntad del Ego Superior la que reine en nuestra vida, Cristo le promete Autoridad sobre las naciones. Y poder sobre ellas, lo cual no es más que la consecuencia lógica de esta victoria. En efecto, debemos empezar por dominarnos a nosotros mismos, por someter nuestra personalidad inferior a la autoridad de nuestro Ego. Cuando lo hayamos logrado, ese dominio sobre nosotros mismos se extenderá al entorno e irá conquistando espacios sin encontrar resistencia.

Ahora las naciones están dominadas por Jezabel, y es por ello que la crisis es moneda corriente. Cuando el ser Justo aparezca, todos esos gobernantes se quebrarán como potes de argila y no tendrá dificultad alguna en hacer oír su voz. Los pueblos lo escucharán y lo seguirán, porque con él estará la Estrella de la Mañana, ese Lucero del alba que tiene la virtud de embellecerlo todo con su resplandor: Esa Venus Urania que nunca se separa demasiado del Sol. Las naciones se verán fascinadas por esa Estrella de la Mañana que sigue al Hombre de Tiatira que ha vencido y volverán la espalda a ese Mundo en ruinas de Jezabel, como Juan se volvió al escuchar la Voz Reveladora.

En este 2º capítulo del Apocalipsis de Juan están activas las fuerzas Beith y Schin (las letras 2 y 21 del código hebraico).

Comentario sobre la Lámina de las 7 Iglesias en el cuerpo humano


Vemos en este grabado antiguo a los distintos Séfiras-Iglesias ubicados en el cuerpo humano. Partiendo del círculo central que corresponde Yesod y rige la zona genética, vemos que los siete círculos se extienden hasta Binah. Por encima de este Séfira quedan 3 esferas que pertenecen al Mundo de Dios, a los 3 Mundos en que reside el Ego.

Notará el lector que las columnas del Árbol de la Vida aparecen al revés, debido a que el hombre del dibujo aparece ante nosotros de cara y su brazo derecho está a nuestra izquierda, de modo que las columnas no están en realidad al revés.

Lo particular de la disposición de los Séfiras es que los dos triángulos inferiores, formados por Hesed-Gueburah-Tiphereth y por Netzah-Hod-Yesod, no miran hacia abajo, sino hacia arriba, correspondiendo a la posición de retorno, a esa vuelta de espaldas señalada por Juan.

Kabaleb