12.- "Y la voz que había oído del cielo me habló de nuevo y dijo: Ve, toma el pequeño libro abierto de la mano del ángel que está erguido sobre el mar y sobre la tierra. Y fui hacia el Ángel, diciéndole que me diera el pequeño libro. Y él me dijo: Tómalo y trágatelo; será amargo en tus entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel. Tomé el pequeño libro de la mano del Ángel y lo tragué, y fue en mi boca dulce como la miel, pero cuando lo hube tragado, mis entrañas se llenaron de amargura. Entonces me dijeron: Es preciso que de nuevo profetices contra una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes. (Apocalipsis X, 8-11)...
13.- La voz del cielo es la de nuestro Ego; esa voz que no sabemos escuchar, pero que ha medida que avanzamos en nuestro proceso evolutivo, percibimos con mayor claridad y llega un momento en que nuestro yo profano se somete a los dictados de esa voz. Aquí vemos que el Ego de Juan, de ese Juan que todos llevamos dentro, lo envía al Ángel para que tome el pequeño libro.
El Ángel que se apoya en el mar y en la tierra, también aparece en nuestra naturaleza interna, en nuestro mar y nuestra tierra humana, y ese pequeño libro contiene la Historia Humana que los de Binah han escrito desde el comienzo de su actuación hasta el final. Puesto que esa Alma Humana llamada Juan se interesa por conocer los detalles de la organización cósmica, le sucede