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Apocalipsis, el camino del conocimiento (4, 1ª parte)


1.- “Después de esto, miré y he aquí que una puerta estaba abierta en el cielo. La primera voz que había oído, semejante al sonido de la trompeta, y que me hablaba, dijo: Sube aquí y yo te haré ver las cosas que han de acaecer después de éstas. Luego, fui arrebatado en espíritu y vi un trono establecido en el cielo, y en ese trono alguien estaba sentado. El que estaba sentado tenía el aspecto de la piedra de jaspe y de la sardónica. El trono estaba rodeado de un arco iris semejante a la Esmeralda. Alrededor del trono vi otros 24 tronos y en ellos estaban sentados veinticuatro ancianos, revestidos de vestiduras blancas y llevando unas coronas de oro en sus cabezas”. (Apocalipsis IV, 1-4)...

2.- Así empieza el 4º capítulo del Apocalipsis. En los tres capítulos anteriores, Juan ha trascrito las siete cartas que Cristo le ha dictado, dirigidas a los ángeles de los 7 Centros que trabajan en nuestra naturaleza interna en la elaboración de ese edificio que se llama ser humano. Después de la Palabra, Juan recibe la visión.

Todo comienza con una puerta abierta en el cielo. Es la puerta que un día ha de abrirse en nuestra naturaleza interna, cuando hayamos dado una respuesta adecuada